Nº 141 Jaime Sartorius Bermúdez de Castro y Rafael Pillado Lista, dos personajes ya históricos que lucharon para conquistar las libertades y una democracia avanzada

Hubo una época en el último tercio de la dictadura franquista, en la transición y en los primeros años del actual régimen monárquico parlamentario, que la consigna “la alianza de las fuerzas de la cultura y del trabajo”, era   asumida y creída, no solo por los militantes del PCE  (Partido Comunista de España), sino en otros sectores de la izquierda tradicional.

Lamentablemente hoy toca dejar constancia de los recientes fallecimientos de dos exponentes paradigmáticos, por muchas razones de esa idea germinal, de lucha política unida entre ambas fuerzas- como motores de la historia  “del trabajo y la cultura” del compañero, ex camarada y amigo Jaime Sartorius Bermúdez de Castro después de una larga enfermedad, en la mañana del viernes tres de marzo y el de Rafael Pillado Lista , excompañero de celda en la quinta galería de la cárcel de  Carabanchel en octubre de 1973, dirigente obrero de las CCOO de Galicia,  también ex camarada, que tuvo lugar el pasado 20 de febrero, tras haber sido diagnosticado hace ya un año de asbestosis (enfermedad pulmonar crónica producida por la inhalación  repetida del polvo del abesto, mineral de composición y caracteres semejantes a las del amianto, derivada de haber trabajado durante  muchos años con productos tóxicos, ambas definiciones del DRALE) .

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Notas sobre el perfil humano y político de Jaime Sartorius

Conocí a Jaime Sartorius al incorporarme al despacho laboralista de la calle de la Cruz nº 16 -tras mi salida de la cárcel de Segovia- e integrarme política y profesionalmente, en la que todavía se llamaba la célula de abogados del PCE de Madrid.

Como quiera que, hasta la fecha se han publicado múltiples obituarios y necrológicas en diversos medios, así como las pronunciadas en  el acto cívico de despedida, celebrado en el mismo  Tanatorio de la Paz  la mañana del sábado cuatro de marzo,  con intervenciones varias,  (Ricardo Bodas, Juan Moreno, Nico Sartorius, Cristina Almeida y Lourdes Sartorius) presentadas por Juan Puig de la Bella Casa,   todas ellas loando las virtudes y cualidades  personales, y político-profesionales de Jaime,  lo que de por si son significativas, de la naturaleza y dimensión  publica, de su vida militante,  que forma ya parte de la historia de la lucha contra la Dictadura franquista y la difícil transición y conquista al actual régimen democrático, monárquico, parlamentario, también con sus defectos y limitaciones como son  la corrupción institucional endémica y las más que significativas  desigualdades en la población española de género y económica: los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Hoy y aquí, quisiera resaltar a través de alguna anécdotas muy personales, que me ocurrieron con Jaime “la solidaridad”  y su permanente capacidad personal y política  “negociadora” y “de consenso”, manifestación expresa de su forma de ser y comportarse.

En una de las primeras de esas “reuniones orgánicas” de la “célula de abogados del PCE de Madrid” -en enero de 1970-  que se celebraba, en el domicilio de Jaime, después de la intervención de uno de los presentes, se me ocurrió contestarla, iniciándola, con la frase muy utilizada en el argot  de aquellos tiempos, “que me parecía muy infantil la argumentación utilizada, con la que se había valido…” , a lo que, el interpelado tomó la palabra, para decir, “Que retirase inmediatamente esas palabras o que me daría dos hostias” ante la sorpresa y estupefacción por mi parte y del resto de participantes, que no esperábamos tal reacción en mi bautizo de militancia, intervino Jaime, “ el pacificador” para decir, que yo estaba recién salido de la cárcel y que  consideraba que, esa expresión, tomadas del título  una obra de Lenin “El Izquierdismo enfermedad infantil del comunismo”, ni en el fondo ni en la forma podía apreciarse ánimo ofensivo…

He de decir, que tal agresividad verbal fue realmente   excepcional a lo largo de mi larga e intensa actividad política hasta el fin de mi militancia en el año 1987. Algún día habré de relatar aquí en este blog, explicando las varias razones y circunstancias concurrentes en mi inexcusable salida.

La segunda de las anécdotas, también de los años iniciales de mi incorporación al despacho de la calle Cruz, donde teníamos gran cantidad de clientes procesados en la Jurisdicción de Orden Público (JOP y TOP), muchos de ellos en prisión preventiva en Carabanchel y las cárceles provinciales de lugares de sus domicilios, solicité un préstamo a la Caja de Ahorros de Madrid, para adquirir un vehículo con el que desplazarme para visitarlos.

Para ello,  necesitaba el aval de dos personas solventes y se me ocurrió recurrir a dos compañeros abogados de renombre, en el ámbito profesional del Colegio -ninguno militaba en el PCE- que inicialmente no pusieron objeción y firmaron la solicitud, que entregué en la entidad bancaria, pero cual fue mi sorpresa, al ser convocado por la misma, para comunicarme, que ambos avalistas habían retirado su firma  y en consecuencia, tendría que presentar otra nueva solicitud, con otras dos personas solventes.

Se lo comenté a Jaime Sartorius y me dijo, “no te preocupes Juanjo, eso tiene fácil arreglo” y al cabo de unos días me llamó para decirme, que tenía a mi disposición las cien mil pesetas solicitadas del préstamo, lógicamente previa firma de contrato, con el compromiso de devolución de dicha cantidad y en los plazos comprometidos, como así lo hice.

Nunca olvidé ese rasgo de “generosidad solidaria”, muy propio de Jaime, como luego supe por relatos de otras personas con las que se comportó igualmente, en las diferentes facetas de su actividad profesional y política.

Para una mayor información de la rica trayectoria vital de Jaime, se pueden consultar, las siguientes obras y textos: Jaime Sartorius: en primera línea en la reconstrucción de la lógica democrática, extensa y profunda entrevista del entonces joven historiador y hoy archivero del Ministerio de Trabajo Sergio Gálvez Biesca, en el volumen 2 de Materiales para el estudio de la Abogacía Franquista, coordinado por José Gómez Alen y Rubén Vega Garcia, Ediciones GPS, Madrid 2011; Los abogados que cambiaron España, de Fernando Jauregui, Editorial Almuzara, 2019, donde es citado en catorce ocasiones y Los abogados comunistas de Madrid en el final del franquismo. Voceros de la libertad y parteros de la democracia.

Jaime Sartorius

Rafael Pillado Lista, histórico sindicalista gallego, falleció en el Ferrol el 20 de febrero de 2023

Nació Rafael el 10 de junio de 1942 en San Ciprián – Cervo (Lugo), su padre Manuel Pillado estuvo preso en el Castillo de San Felipe, por su militancia antifranquista, acusado de “Ayuda a la guerrilla” y escribió sus memorias Desde el mar que perdiste.

A los quince años Rafael se incorporó a la escuela de aprendices de la empresa de astilleros públicos E.N. Bazán- hoy Navantia-, en la que transcurrió toda su vida laboral y fue allí precisamente, donde se afilió en los primeros años de los sesenta al PCE y a CCOO, participando muy activamente en las luchas sindicales y políticas.

En el periodo de 1966 a 1969 tuvo diversos cargos sindicales representativos, Vocal Jurado de Empresa, Presidente de la Sección Social del Sindicato Local del Metal y Vicepresidente del Sindicato Provincial, de los que fue desposeído por sucesivos expedientes de los funcionarios y jerarcas verticalistas.

Detenido en múltiples ocasiones y procesado por el TOP en 1968 y 1969, siendo absueltos en los dos primeros juicios por reunión no pacífica y por asociación ilícita.

En diciembre de 1970 vuelve a ser procesado por el TOP, acusado de pertenecer a las Juventudes Comunistas del Ferrol y la petición inicial del Fiscal era de cinco años de prisión, luego reducida a dos.

Permaneció en la cárcel los seis meses del estado de excepción de diciembre de 1970 -con motivo de las movilizaciones y huelgas producidas por la celebración del Consejo de Guerra de Burgos, en el que se pedían cinco penas de muerte- y suspensión del art.º18 del Fuero de los Españoles.

Detenido a raíz de los sucesos de marzo de 1972 en el Ferrol estuvo tres días de Comisaria, negándose a declarar y multado con 250.000 pesetas por la DGS.

Dichos acontecimientos -huelgas, movilización obrera y represión violenta de la policía armada con dos muertos y múltiples heridos, dio lugar a varios procesos ante el TOP y Consejos de Guerra ante la autoridad militar.

El proceso más conocido y emblemático, fue el sumario nº 489/72 denominado El proceso de los 23, ya que era el número de implicados, acusados de asociación ilícita, manifestación no pacifica, terrorismo y propaganda ilegal, cuyo juicio tuvo lugar en los primeros días de julio de 1975, en el que a Rafael Pillado le impusieron siete años de prisión. Recobró la libertad el 5 de febrero de 1976.

Le conocí personalmente y convivimos durante diez y seis días, ya que el 24 de octubre de 1973 cumplí el mes de  mi segunda condena por una actuación profesional como abogado ante el TOP en una celda de la quinta galería de la prisión de Carabanchel, a donde llegó Rafael el 8 de octubre, trasladado desde la de A Coruña, pues al día siguiente se celebraría  juicio ante el Tribunal de Orden Público, acusado de pertenencia a las Juventudes Comunistas, en el que fue condenado a dos años -reducido a uno por aplicación de un indulto-, pero permaneció en prisión porque tenía pendiente, otro juicio, también ante el TOP por los sucesos de marzo de 1972 del Ferrol, que no tuvo lugar  hasta julio de 1975.

Rafael Pillado

Muchos años después, a finales del 2018, el historiador gallego José Gómez Alen me informó de que Rafael acababa de publicar el  primer volumen de sus memorias  y volvimos a contactar por teléfono y correo.

Él me envió un ejemplar dedicado del tomo I de sus memorias Latidos de vida y de conciencia, editadas por la fundación Fuco-Buxan, con un prólogo precioso, El obsequio de una memoria libre del escritor Manuel Rivas.

Dedicatoria de Rafael Pillado en su libro

El Covid “congeló” ese para mi feliz reencuentro e intercambio de opiniones, con un antiguo compañero de celda en la prisión de Carabanchel.

Libro de Rafael Pillado, Latidos de vida y de conciencia

 

Aquí podríamos decir, citando a Manuel Rivas, …La cárcel es el lugar más digno cuando se está allí por luchar por los derechos humanos en una dictadura.

Correos con Rafael Pillado

Hasta que leí en el diario El País el 4 de febrero del 2022, un sorprendente e impresionante reportaje de página completa, firmado por la corresponsal Sonia Vizoso desde A Coruña, titulado El amianto atrapa al sindicalista que lo destapó. Rafael Pillado, que movilizó a las víctimas de la asbestosis en Ferrol, sufre un cáncer mortal y demandará a Navantia.

En dicho reportaje, realizado con una máxima objetividad y veracidad no usual en estos tiempos de la denominada “posverdad”, Rafael Pillado relató a la periodista, una historia absolutamente real.

A finales del pasado siglo los prejubilados de los astilleros públicos de la empresa nacional Bazán del Ferrol empezaron a percibir que eran demasiados los entierros de excompañeros de trabajo hasta que Rafael Pillado, antiguo miembro del Jurado de Empresa, empezó a investigar y auxiliado por un experto de las CCOO, que le recomendó Julián Ariza, descubrió que la causa de tantas muertes era el polvo de amianto que recubría las tripas de los barcos que habían respirado durante su vida laboral y que él empezó a  denominarlo “el asesino silencioso”.

A Rafael Pillado, que entró a trabajar a los quince años en la Bazán y ya jubilado le habían diagnosticado cuando ya había cumplido los 79 “un mesotelioma, tumor muy agresivo, con una esperanza de vida entre 12 y 21 meses, que la medicina vincula a exposiciones prolongadas al amianto….”

Le llamé por teléfono inmediatamente y estuvimos charlando un buen rato, mantenía su fogosidad y ganas de seguir luchando, me comunicó -reiterando lo ya manifestado en el reportaje – Mi enfermedad no va a ser clandestina, voy a presentar una demanda contra Navantia y convertir mi juicio en un juicio para desenmascarar a los responsables de llenar España de este asesino silencioso aprovechando la dictadura. Aunque hayan muertos todos, tuvieron cómplices y los siguen teniendo…en mi caso no pueden culpar al tabaco, no soy fumador y siempre he sido un deportista”

Desgraciadamente, en el caso de Rafael Pillado, los diagnósticos médicos se cumplieron transcurrido el primer año de ese perentorio plazo de una muerte anunciada.

Estaba Rafael convencido que la dirección de la antigua empresa Bazán ya en los años 80 era consciente del daño que había producido este material de amianto, altamente cancerígeno. La asociación gallega de afectados -creada por Rafael Pillado- calcula que sólo en la comarca del Ferrol residen entre 12.000 y 14.000 de las 30.000 víctimas que se estiman.

Ilustraba a la periodista con anécdotas de su vida laboral que comenzó como aprendiz -conviviendo desde los inicios con el amianto- recordaba , Que era sólo un crio, rajando con un cuchillo ese material mortífero sin ninguna protección, desde la mañana hasta la noche y cómo, incluso jugaban entre ellos arrojándose trozos de este. Uno de sus compañeros de trabajo ya fallecido por asbestosis, tenía adornando en su mesa de trabajo una pieza de amianto.

Fue al principio del siglo XX cuando Pillado denunció en la prensa del Ferrol que los obreros jubilados de los astilleros de la Bazán estaban enfermando y muriendo por culpa del amianto, por lo que fue acusado, por miembros del Comité de Empresa e incluso sindicalistas de CCOO de “sembrar y generar alarma social” e inicialmente se extendió la leyenda, de que, lo que querían los obreros prejubilados era dinero.

Las denuncias llegaron a la Comisión Europea a través de un dirigente del antes mencionado Sindicato y ayudaron a frenar las intenciones del Gobierno de Aznar de aplazar la prohibición de uso y utilización del amianto hasta el 2001.

En el 2004 Rafael impulsó la creación de la Asociación Gallega de Victimas del Amianto.

Me dijo, y ya así lo había manifestado al final de la entrevista-reportaje, “Las víctimas del amianto fuimos victimas también de la represión”, terminaba con la siguiente denuncia:  La Banca March, que financió al bando nacional- en la Guerra Civil -recibió autorización en exclusiva para forrar España de amianto, a través de Uralita. Y envenenaron al país. Hasta las tuberías de agua potable tenían amianto. Casi todos los españoles bebieron ese veneno. Nosotros lo bebimos y lo respiramos”.

Cumplió una vez más con su palabra y en su última batalla militante, interpuso la correspondiente demanda en concepto de indemnización de daños y perjuicios contra las empresas Izar Construcciones Navales S.A. en liquidación y Navantia S.A., que correspondió al Juzgado de lo Social nº 2 del Ferrol para que se les condenase solidariamente al pago de 379.276,01 euros.

Se celebró el juicio al que asistió sólo la parte actora, asistida del letrado Jesús Porta Dovalo y dictándose sentencia el 26 de septiembre de 2022, que se estimó parcialmente con la condena solidaria a las dos empresas del pago de 127.909,22 €.

Sonia Vizoso, corresponsal del diario El País en la Comunidad Gallega  volvió a mandar el 21 de septiembre una preciosa crónica-reportaje-ilustrada con sendas fotografías de la llegada al Juzgado de Rafael Pillado y Cristina Almeida, junto a una panorámica de grúas de los astilleros de Navantia, en la ría de Ferrol-, del denominado Juicio contra Navantia por el asesino silencioso, de la que habría que destacar, la firmeza de Rafael Pillado en esos momentos antes de entrar al juicio No vengo a defender mis intereses, esta es una causa colectiva. No es solo una reclamación contra Navantia, es una reclamación social.

A modo de Conclusiones

Acabo de leer esta misma mañana un artículo La ocultada historia de la España alternativa: la republicana, del catedrático Vicenç Navarro , en el que analiza críticamente la falta de información en los planes educativos, de lo ocurrido realmente durante la II República Española, la guerra civil, la dictadura franquista y la represión.

Y resalta algo ya sabido, pero que entiendo que necesita reiteración y repetición, El Partido Comunista fue la mayor fuerza dentro del movimiento antifascista y fue sujeto de especial represión debido a ello. Su labor y tarea para derrotar a la dictadura y facilitar el resurgimiento de la democracia no solo ha sido ignorada, sino incluso demonizada por los grandes del establishment político y mediático, la gran mayoría monárquicos.

Las intensas vidas de Jaime Sartorius y Rafael Pillado, ambos militantes durante muchos años del PCE, aunque las divergencias políticas posteriores de ambos con la dirección, les llevó a militar en otros espacios de la  izquierda de este país, demuestran la categórica afirmación mantenida por Vicenç Navarro y para mí es un orgullo y satisfacción el que la vida me haya dado la oportunidad de conocerlos, convivir y compartir con ellos muchas experiencias positivas.

Madrid a 11 de marzo del 2023.

Juan José del Águila Torres, exabogado laboralista, ex magistrado de lo social, doctor en derecho, investigador-aflorador

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