Nº 170 La denegación del pasaporte, un ejemplo práctico de lo que se entiende por “represión de baja intensidad contra estudiantes, docentes, e intelectuales” durante el Franquismo

En una reciente publicación de la editorial ESPASA -febrero del 2025, primera edición-  con  el título Bajo sospecha, Historia de una sociedad vigilada (España.1939-1975)* siendo los coordinadores Ana Asión  y Sergio Calvo, una de las colaboraciones en dicha obra colectiva, firmada por el profesor de la Universidad de Sevilla, Alberto Carrillo Linares, en el Capítulo 3, desarrolla de forma novedosa lo que entiende él como  Represión de baja intensidad en el movimiento estudiantil antifranquista -Pags. 121 a 156-, su lectura y una experiencia muy  personal que me ocurrió, la denegación del pasaporte,  en las oficinas de la Policía de Algeciras,  los intentos de impugnar esa arbitraria decisión política-administrativa y sus consecuencias  en los primeros meses del año 1968, recién finalizada la licenciatura de Derecho en Valencia y  el periodo del servicio militar  (septiembre de 1966 a diciembre de 1967), residiendo en el domicilio familiar de mis padres, me da pie a la presente entrada, documentándola ampliamente como suelo hacer en mis trabajos de investigación y afloramiento.

*Junto a los dos coordinadores y al profesor Alberto Carrillo, figuran Carlos Forcadell, Nicolas Sesma, Pablo Alcántara, Cristian Ferrer, Irene Abad, todos ellos profesores.

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Introducción

Entiendo, que a estas alturas casi ya transcurridos los primeros veinte y cinco años del siglo XXI y cincuenta del fallecimiento del dictador Francisco Franco, existen tres presupuestos fácticos, que también podremos calificar de  “acontecimientos”, debidamente comprobados y verificados en múltiples trabajos de investigación de historiadores e investigadores y que según DRALE son aquellos hechos o sucesos, que especialmente revisten cierta importancia.

En primer lugar, “la contienda incivil” (1936-1939) que siguió al intento frustrado del golpe de estado  del 18 de julio de 1936 de algunos generales del Ejército Español- que juraron en su día “fidelidad a la República”-  que se sublevaron contra la misma, no terminó con el parte final del 1º de abril de 1939 firmado por Franco, sino que continuó, con la implantación de un régimen de dictadura militar, que duró hasta su muerte, el 20 de noviembre de 1975 y que dada su larga duración atravesó diversas fases, con transformaciones  de  su fachada institucional, que incluso se prolongó hasta 1978, pero manteniendo características muy específicas, que pasamos a mencionar a continuación.

El segundo acontecimiento, en todo ese periodo de abril de 1939 a noviembre de 1975, el ADN de esa dictadura fue el uso sistemáticamente recurrente de la fuerza y violencia represiva contra todos sus “opositores políticos”- que no enemigos- como les calificaron los llamados “nacionales” desde los inicios de su Alzamiento y de su Victoria.

Tercero, es materialmente imposible entender y conocer el franquismo, sin saber el papel importantísimo y función permanente en las prácticas  “de las múltiples represiones“ en cualquier periodo o fase del régimen y como esa impronta, marcó y dejó huellas indelebles en un sector de la población española, como se ha demostrado en estos 50 años.

El  anterior  relato, basado en una libre interpretación de lo que constituye la introducción  al artículo comentado, y según el autor del mismo,  lo que caracteriza a la “represión de baja intensidad”, es que con frecuencia tiene una apariencia pacífica, por la limpieza del acto administrativo y que en muchas ocasiones (no siempre, dependiendo del tipo de medida administrativa) la responsabilidad directa se pierde en la maleza de la burocracia, de ahí que adquiera un perfil más impersonal y sea más difícil rastrearla….hay que seguirle la pista, casi de forma individual, a los y  las afectadas para, a partir de sus casos, elevar categorías de mayor rango analítico.

Y añade, los testimonios personales son de gran utilidad, pero no sirven para el mapeado completo a escala nacional y en un periodo de tiempo extenso, aunque bien sirven para ilustrar casos concretos y las consecuencias supuestamente menores de esta modalidad de represión de baja intensidad….además no hay que olvidar, que hubo colaboraciones entre las diversas instancias represivas (civiles, militares, eclesiásticas…) por lo que las pistas pueden estar dispersas en fondos documentales de orígenes variados y sin aparente relación más allá de que forman parte del mismo Estado Franquista.

Alberto Carrillo establece siete grandes categorías tipológicas para “este tipo de represión de baja intensidad” con sus actores principales -hoy ya le podríamos llamar “ victimarios”-considerando los ámbitos a los que más afectaban o para lo que estaban pensados……1º) Efectos psicológicos. 2º) Vida privada y libertad de movimiento. 3º)Vida familiar. 4º) Vida Social. 5º) Vida académica. 6º)Vida militar. 7º)Vida laboral/económica. El objetivo de la adopción de estas medidas era hacer la vida agobiante e imposible a los activistas con idea de alejarlos de la tentación para que siguieran conspirando.

Dicha relación se muestra en un detallado cuadro – que figuran publicados en las pags. 141 a 144,  y que se reproducen literalmente en su integridad a continuación – en tres columnas, que llevan las siguientes nomenclaturas: Tipo (ámbito al que afectaban), Caso y Represor Principal, figurando la retirada o denegación de pasaporte, en dos de esos apartados, los de Vida privada y Libertad de Movimientos y en los de Vida Social .

Destaca en el posterior desarrollo de algunos de las medidas sancionatorias utilizadas  por las autoridades académicas, las llamadas personales a los padres  de aquellos universitarios díscolos y contestatarios, dándole cuenta de las actuaciones de sus hijos/as, con el fin de incrementar la presión desde ámbito familiar en un contexto de ruptura generacional, cita un ejemplo, del que fue un dirigente estudiantil en la Universidad de Sevilla a mediados de los  sesenta Manuel Ramón Alarcón  – desgraciadamente ya fallecido- que tras finalizar sus estudios se hizo profesor de Derecho del Trabajo en dicho centro universitario, llegando a obtener la cátedra y posteriormente designado por el quinto turno Magistrado de la Sala Cuarta de lo  Social del Tribunal Supremo.

En el año de 1965 era Gobernador Civil de Sevilla José Utrera Molina- posterior Ministro de Trabajo (1973) y Secretario General del Movimiento (1974) furibundo franquista- , quién llamó al padre de Manuel Ramón Alarcón -que era Secretario de un Ayuntamiento de una importante localidad sevillana, amonestándole para que ejerciera una mayor vigilancia sobre el compromiso político de su hijo y  aconsejándole, que mientras durase la situación conflictiva y de tensión, su hijo no debiera aparecer por la universidad.

También en la entrada Nº 114 de este blog, publicada el 28 de diciembre del 2021 que trataba de la V Asamblea de Estudiantes madrileños, que tuvo lugar el 14 de diciembre de 1975 en la Facultad de Ciencias Económicas y los cuarenta y siete  expedientes sancionatorios con expulsión del distrito universitario de Madrid,  se podrá encontrar la carta que remitió el entonces rector de la U. Complutense -Gutiérrez Ríos- al padre de la  fallecida María Teresa García Rodríguez, José Luis García Casas, comunicándole la sanción disciplinaria acordada de expulsión del distrito universitario de Madrid.

Manuela Carmena en su precioso Recordándote, Maite, recoge entre sus cariñosos recuerdos,  ese expediente académico disciplinario colectivo, que nos obligó a tener que cambiar nuestras matriculas a la Facultad de Derecho de Valencia,  donde pudimos acabar las licenciaturas, no sin antes haber dejado sembrado el ámbito universitario valenciano de las ideas de renovación y la lucha por un Sindicato Democrático de Estudiantes en España .

Segunda parte

Para mostrar muy gráficamente una experiencia personalísima mia -la denegación del pasaporte en la Comisaría de Policía de Algeciras, en los primeros meses del año 1968- , que sin lugar a duda alguna podría encuadrarse entre las medidas de “represión de baja intensidad” a las que hemos hecho las anteriores referencias.

No estaría de más, para contextualizar la denegación de pasaporte , resaltar que aunque no lo explicitaron las autoridades policiales y gubernativas que intervinieron en ella  era y me consideraban como uno más de los españoles “ fichados”, ya que tenía en mi mochila, además del Consejo de Guerra celebrado a primeros del año 1962, por los acontecimientos del boicot a los cines de verano de Algeciras  el 25 de julio de 1961, contra mi padre, quien recibió una sonora bofetada por parte de un miembro de la policía Armada, cuando fue a preguntar por qué habían detenido a mi hermano Jorge -menor de edad entonces- en el que salí absuelto, pero condenaron a mi padre a dos meses de prisión y a una multa, por supuesto atentado a la fuerza pública.

También tenía varias detenciones gubernativas en Madrid por participar en manifestaciones y reuniones,  muy especialmente la que tuvo lugar en la V Asamblea-diciembre de 1965-, que motivó nuestro expediente académico sancionado con la obligatoria salida del distrito universitario de Madrid.

Por último, hay que añadir, que igualmente fui represaliado, haciendo el servicio militar, después de los tres meses en el  campamento de instrucción de Ovejo-a finales de 1966- (Córdoba), al ser destinado a la oficina del Juzgado del cuartel de Artillería en Algeciras, situado a unos quinientos metros del domicilio familiar, me llamó el Capitán responsable del mismo, para comunicarme: “que personalmente él no tenía nada contra los comunistas” pero que debía  de  cumplir la orden recibida de la Superioridad, de que yo no podía estar destinado en dicho puesto de responsabilidad… ¿? “ por lo que automáticamente me quitaron el pase de pernocta-iba dormir a casa de mis padres- y en la nueva situación debía hacerlo en el cuartel, realizando todos los servicios de guardia y limpiezas, de los que estaba excluido, en el destino inicial, por mi cualificación personal de recién licenciado en derecho.

Relato todo ello, para resaltar  la efectiva  coordinación existente durante el régimen franquista de los diversos aparatos represivos del mismo, la brigada político social, las autoridades académicas y los servicios de inteligencia del Ejército, lo que en mi caso, se puso de manifiesto aún más, unos meses más tarde cuando fui detenido a finales de abril de 1968 con octavillas firmadas por las Comisiones Obreras del Campo de Gibraltar y la Comisión Cívica provincial de Cádiz haciendo un llamamiento para la movilización del próximo primero de mayo, con las reivindicaciones propias de esa fecha.

La visita y requerimiento notarial en la propia Comisaria de Policía de Algeciras para que explicitaran las razones de habérseme denegado el pasaporte tuvo un impacto importante en aquellas fechas, lo que se demuestra, con la inclusión de ese hecho, en la comunicación realizada desde dicha Comisaria al Gobernador Civil de Cádiz, cuando me detuvieron en la noche del 26 de abril de 1968 con octavillas, para la movilización del Primero de Mayo.

 

El requerimiento notarial

Aproveché que el Notario de Algeciras  José Maria Lucena Conde había vivido durante varios años enfrente del piso de mis padres (calle Juan  XXIII, Nº 2-3º), fui a verle a su despacho, le planteé -después de explicarle la situación- la posibilidad  de formalizar el requerimiento, a lo que no opuso objeción alguna y se materializó  a las doce horas cincuenta minutos del día 26 de febrero de 1968, estando presente el Comisario Jefe de la misma Don Manuel Pastor Espinosa, a quién le hizo las preguntas que constaban en el requerimiento, con lectura integra del acta, se dio por “enterado el citado Comisario”,  manifestando su decisión  de no firmar, por estimarlo innecesario, de todo ello, dio debida  cuenta el Sr. Notario, quedando todo ello reflejado en el posterior documento y acta , de la que se me entregó una copia autentificada de tres folios, que aquí se adjunta.

Escrito dirigido a la Dirección General de Seguridad

Una semana después del frustrado requerimiento notarial me dirigí por escrito de 5 de marzo de 1968 remitido por correo certificado a la DGS, en el que hacía constar , que previamente se habían cumplimentados todos los requisitos y formalidades legales, incluido el abono de la tasa correspondiente de 150 pesetas y se me había denegado el pasaporte, sin dar razón o justificación alguna de esa negativa por parte de la Autoridad Policial Administrativa. Aquí se adjunta el recurso.

Respuesta

Recibí por escrito de 16 de marzo de 1968 una notificación en papel impreso oficial con el correspondiente sello-tampón de ese departamento de la Jefatura Superior de Policía de la Comisaria de Algeciras, suscrita por el jefe del Negociado de Pasaporte para que me pasase por esa dependencia a la mayor brevedad y en horas hábiles para darle cuenta de un escrito recibido por la Superioridad.

Como buen ciudadano me personé inmediatamente y me hicieron entrega en una copia mecanografiada simple de media cuartilla mecanografiada- sin papel timbrado sin estar escrita en papel oficial, con el correspondiente tampón, del siguiente texto, cuyo contenido reproduzco literalmente a continuación:

“Escrito de la Dirección General de Seguridad. Madrid 13 de marzo de 1968.Dirigido al Comisario jefe Superior de la Comisaría de Policía de Algeciras.

……….” Haciendo saber que la resolución sobre la procedencia o no de la concesión de pasaporte que solicita queda condicionada a que la solicitud venga de forma correcta, requisito que no reúne la que se devuelve. (Este es el último párrafo -copia literal- de dicho escrito, en el que le comunicaban al Comisario-jefe la devolución de la instancia y la fotocopia del acta notarial) Me fue leído a las 11 h. del lunes 18 de marzo y me entregaron el recurso y la fotocopia del acta.  Firmaba P.D. El secretario general Técnico.

Consultado por Internet me informo que el secretario general del Ministerio de la Gobernación en esas fechas era Antonio Carro Martínez y su suplente Pedro González Botella.

Antonio Carro fue luego ministro de la Presidencia en los dos últimos años del régimen franquista desde el 3 de enero de 1974 al 12 de diciembre de 1975. Fue luego Diputado en la Primera Legislatura constituyente por Alianza Popular y en los cuatro posteriores electos por Lugo -lugar de su nacimiento- por el Partido Popular.

Carta a Lorenzo Martín Retortillo

De los cuatro cursos académicos que estuve en la Facultad de Derecho de Madrid (1962/63 a 1965/66), uno de los profesores que más traté fue Lorenzo Martín Retortillo, quién por entonces era uno de los Ayudantes en la cátedra de Derecho Administrativo, que dirigía Eduardo García de Enterría.

Me acordé de él cuando me denegaron el pasaporte y decidí escribirle 21 de marzo de 1968-para entonces ya había sacado la cátedra de dicha especialidad en la Facultad de Derecho de Salamanca – quién me contestó rápidamente-casi a vuelta de correos- el 25 de marzo. Carta a Martín Retortillo y su respuesta.

 

Lorenzo Martín Retortillo como especialista en el Derecho Administrativo positivo y vigente del franquismo, me hizo ver y razonar lo equivocado que yo estaba, creyendo que la obtención del pasaporte era un derecho al que teñíamos reconocidos todos los españoles, por el mero hecho de serlo, destacando en su respuesta, que dicho tema como tantos otros,  estaba supeditado a “ la discrecionalidad” de las autoridades competentes en la materia y las escasas posibilidades jurídicas para que prosperase formalmente un Recurso Contencioso-Administrativo, a tenor de los dispuesto en el Art.º 11 del Decreto de 20 de junio 1958 ( Aranzadi 1.231), cuyo tenor literal me transcribía , como argumento de peso y definivo y que hoy transcribo, para conocimientos de mis lectores del blog:

“La Autoridad podrá en todo momento privar del derecho a la concesión del pasaporte o retirar el que hubiera sido expedido, procediendo a su anulación, a toda persona, por motivo de delito u otra causa que pueda afectar al orden público o a la seguridad nacional.”, lo que según sus propias palabras significaban que “jurídicamente hablando”, que si se quiere se otorga y si no se quiere no.

Lorenzo Martin Retortillo, con 89 años es en la actualidad miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, los datos de su perfil biográficos, que constan en dicha institución son:

*Licenciado en derecho por la Universidad de Zaragoza.

*Colegial de San Clemente de los Españoles y Doctor en Derecho por la Universidad de Bolonia.

*Becario March en la Universidad de Tubinga.

*Ha sido Catedrático de Derecho Administrativo en las Universidades de Salamanca, Zaragoza y Madrid, en la que ahora es Profesor Emérito.

*Senador por Zaragoza en la Legislatura Constituyente.

*Miembro del Colegio Libre de Eméritos. Miembro del “Grupo Europeo de Derecho Público”.

*Ha sido desde 2005 a 2011, presidente de la Asociación Española de profesores de Derecho Administrativo.

*Doctor honoris causa por las Universidades de Zaragoza y de Bolonia.

*Medalla al Mérito Constitucional.

*Medalla de Oro de las Cortes de Aragón.

*Miembro del Grupo Europeo de Derecho Público

Su discurso de ingreso titulado LA INTERCONEXION DE LOS ORDENAMIENTOS JURIDICOS Y EL SISTEMA DE FUENTES DE DERECHO, fue contestado en nombre de la Corporación por el académico de Número, Excmo. D. Eduardo García de Enterría.

Hoy reitero al profesor Lorenzo Martín Retortillo mi agradecimiento por las lecciones prácticas que recibí de su magisterio como experto administrativista,  incluida claro está,  la que su rápida y cariñosa carta respuesta en marzo de 1968 , en la que una vez más me abrió los ojos y conocimiento para que pudiese enfrentarme al ordenamiento jurídico positivo español, en materia tan sensible como los derechos y libertades de los ciudadanos.

Conclusión

Hoy, si tienen alguna duda sobre pasaportes, busquen en la red y verán que “todos los españoles tienen derecho a obtener un pasaporte ordinario, salvo que se limite este por decisión judicial, en determinados casos previstos en la ley (Art.º 11 de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de Protección de la Seguridad Ciudadana.)

Que sepan, además, que el pasaporte español figura en el 2025 en el tercer puesto entre los más poderosos del mundo -por la cantidad de países que permite visitar- 192 destinos- junto a Alemania, Francia, Finlandia, y Corea del Sur, el primero y segundo son Singapur y Japón.

Madrid a finales de un tórrido mes de julio del 2025.

Juan José del Águila Torres, exabogado laboralista, doctor en derecho, exmagistrado de lo social, investigador-aflorador

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