Sinopsis - Abstract
La dictadura franquista también tuvo “jueces estrella”, algunos militares como lo fue el Coronel Enrique Eymar Fernández que procesó a miles de ciudadanos -posteriormente condenados en consejos de guerra a muerte o a largas penas de cárcel, durante el periodo 1940 a 1963.
Además de la instrucción de las causas, su papel y funciones fueron legitimar la impunidad por la violencia practicada sistemáticamente contra los detenidos por los miembros de las brigadas político social y llegaron a tener sus despachos en el mismo edificio de la Dirección General de Seguridad, en el emblemático edificio de la Puerta del Sol.
Medallas de oro y de plata para el Coronel Eymar
Entre las innumerables recompensas militares y muestras oficiales de agradecimiento que recibió el Coronel Eymar a lo largo de su intensa carrera como juez instructor militar especial por los servicios prestados en la represión de la oposición política en los primeros diez años de la dictadura- aún le quedaban otros trece de intensa actividad- destacan la concesión de las medallas de oro al Mérito Social Penitenciario por Orden Ministerial de 17 de julio de 1946 suscrita por el Ministro de Justicia Fernández Cuesta (BOE Núm.213 de 1 de agosto). Por la meritoria colaboración prestada a la obra penitenciaria que desarrolla la Dirección General de prisiones. Y la de de plata al Merito Policial por Orden de 19 de diciembre de 1949(BOE Núm.361 de 27 de diciembre) por el de Gobernación Pérez González, en la que se resaltaba la cooperación por él prestada a la Policía Gubernativa había sido destacada debido a su espíritu patriótico celo y perseverancia.
No deja de ser paradójico que de la primera de esas medallas de oro al Merito Penitenciario, no se hiciera eco en su día el periódico oficial REDENCIÓN, editado por la propia Dirección General de Prisiones en los propios talleres penitenciarios, que no le dedicó ni una simple gacetilla, lo que podría ser interpretado en clave del poco reconocimiento que le tenían los presos políticos que elaboraban y confeccionaban esa publicación.
La segunda medalla le fue impuesta el 1 de enero de 1950 en el salón de Canalejas de la Dirección General de Seguridad en la sede de la Puerta del Sol de Madrid con gran asistencia de las autoridades administrativas y policiales y por un numeroso y variado personal muy representativo del mundo político y cultural madrileño, como fueron el Director General de Cinematografía y Teatro García Espina, Alcalde de Madrid Moreno Torres- Conde de Santa María de Babio-, Teniente Alcalde Alonso de Celis, Presidente de la Diputación , Marqués de Valdavia, Presidente de la Sociedad de Autores Maestro Guerrero, General Fidel de la Cuerda, el Delegado Nacional de Información Gumersindo García y nutridas representaciones de la Capitanía General de la Primera Región Militar.
De la Dirección y Cuerpos de la Policía se encontraban presentes el Secretario General Alfonso Romero Arcos, Comisarios Generales de Orden Publico y Político Social Justino Arenillas Caballero y Lisardo Alvarez Pérez, , Jefe Superior de Policía de Madrid Pascual García Santandreu, Jefe de Información Teniente Coronel Cores, Secretario Oficial de la Jefatura Adriano Becerril , Jefe Superior de la Policía de Bilbao Caruncho , Director de la Escuela General de la Policía Herraiz, Jefes de Brigada (Criminal y Política Social )Poveda y Marcos, altos funcionarios del organismo y gran número de comisarios, Inspectores, Agentes de dependencias centrales, Secciones, Comisarías y Brigadas de Madrid.
También asistieron, según se decía en las crónicas, muchas y distinguidas damas, esposas e hijas de los funcionarios, empleadas de la DGS y familiares del homenajeado, uno de cuyos hijos era ya oficial del ejército.
De la importancia, significación y trascendencia mediática del acto dieron debida cuenta al día siguiente todos los diarios de la capital, que le dedicaron espacios importantes, en portadas y primeras páginas ilustradas con fotografías del acontecimiento, como acreditan los recortes que a continuación se insertan. Al terminar y después de los parlamentos los asistentes fueron obsequiados con una copa de vino español, servido por el acreditado barman Chicote.
Además de la prensa diaria de la capital, apareció publicada una amplia reseña del acto, bajo el título El primero de año en la Dirección General de Seguridad en el número 95, de enero de 1950 – de la Revista Policía- , del que entresacamos algunos pasajes de la intervención del Director General de Seguridad Francisco Rodriguez Martínez, quién manifestó…su satisfacción al repasar los Boletines de Información de 1949 ( editados por la Brigada Político Social ) que sintetizaba la labor realizada por Eymar y los éxitos logrados. Eficacia real que no puede medirse ni ser valorada por meras cifras estadísticas…en la lucha contra los enemigos de la paz y del orden público hay un aspecto ostensible y espectacular …esta labor que empieza a partir del hecho delictivo consumado en el campo político- social parte del alerta de una comunicación sorprendida o de una presencia inopinada, se mantiene en la paciente observación de las relaciones y contactos, se prolonga en el estudio de los encadenamientos y acaba por fin en la desarticulación de todo el sistema de todo el aparato subversivo organizado .
Y continuaba más adelante, Con vuestro tenaz y perseverante esfuerzo habéis logrado desterrar la impunidad porque en el sentir general se ha llegado a la conclusión de que en España con esta Policía, cometer un delito puede ser cosa fácil, pero una vez cometido, el descubrimiento del autor es una letra girada a plazo no excesivamente largo, cuyo vencimiento se ha de producir irremediablemente…
La labor policial termina profesionalmente en el momento de la detención de los presuntos responsables que son entregados a la autoridad jurisdiccional encargada de enjuiciar y sancionar su conducta….esto resultaría estéril si el atestado fuera a parar … a la consideración de un Juez impasible, ausente y ajeno al servicio prestado, con lo que cada victoria conseguida en la lucha contra la delincuencia, se malograría después…resulta así el atestado policial cuando a sus manos llega es una pieza viva, porque antes ha tenido vida en su propio espíritu, con lo que la labor de instrucción después de una obra armónica en la que los hechos y las circunstancias…
Sin lugar a duda cabe reconocer como Juez Estrella al Coronel de Infantería Enrique Eymar Fernández, (Toledo, 18 de mayo de 1885, Madrid 21 de agosto de 1967) que se autocalificaba en sus múltiples resoluciones Caballero Mutilado por la Patria, ya que fue herido de guerra en Tetuán (Marruecos)1924 y declarado Inválido Total para el servicio en 1929; en 1931 prestó adhesión y acatamiento a la Republica, Azaña firmó su ascenso a Teniente Coronel y realizó funciones de Subdirector del Museo Histórico Militar y 2º Jefe del Cuerpo de Inválidos, por lo que fue procesado por las llamadas tropas nacionales en julio de 1939 y posteriormente sobreseído, lo que fue muy cuestionado, incluso ha llegado a sostenerse por haber formado parte de la quinta columna. Uno de sus hijos fue fusilado en noviembre de 1936 en Paracuellos del Jarama.
Razón de suficiente peso para que no se hubiese materializado su nombramiento en 1940 por el general Varela como Juez de prisioneros, después siguió realizando tareas y funciones instructoras de juez militar de diversos Juzgados Especiales, creados sucesivamente por la Jurisdicción de Guerra en la década de los cuarenta, con diferentes denominaciones, todos ellos con la finalidad de perseguir a los opositores políticos del régimen.
En noviembre de 1943 nombrado Juez Especial de los delitos de espionaje y comunismo. Franco le nombró por Decreto en febrero de 1958 Juez Especial Nacional de Actividades Extremistas y siguió teniendo jurisdicción competencia en todo el territorio nacional hasta la creación de la Jurisdicción de Orden Público en diciembre de 1963.
Comida y acto de fraternización con el Coronel Eymar
El 5 de enero de 1950 tuvo lugar, según relataba la Revista Policía en su número 96 de febrero de dicho año -un agasajo intimo al Coronel Juez especial de la Capitanía General de la Primera Región Enrique Eymar Fernández por los funcionarios más relacionados con su servicio, que no eran otros que los miembros de las diferentes Brigadas de la Policía Política.
Consistió en un almuerzo-según se decía en la antes referida nota y revista-para hacerle patente al gran juez, su absoluta adhesión y sincero afecto, en un ambiente de camaradería, propicio a la expansión de los más puros sentimientos vinculados a la unidad de un patriótico y común servicio.
Entre los asistentes figuraban el alcalde de Vallecas Alfonso Vázquez González, los Jefes de la Guardia Civil Cano y Esteve, de las Brigadas de Investigación Criminal, Político Social y de Información Eugenio Benito Poveda, Luis Marco y Francisco La Guardia, en representación del cuerpo de prisiones el Director del reformatorio de Ocaña Jerónimo Toca y un numeroso grupo de funcionarios policiales.
Pronunció el discurso Agustín Ripoll Urdapilleta, Comisario Principal, en el que destacó entre otros extremos la doble significación del personaje homenajeado Coronel Eymar, su carácter y condición militar, habiendo cumplido ejemplarmente sagrados deberes, en la actual función presta abnegadamente nuevo servicio a la Patria, que por ser defensa de todos los ciudadanos merece un distintivo a contemplar , reconocido por todos ellos…tras lo cual prendió la insignia de la Orden del Mérito Policial en la solapa- en esta ocasión con traje no militar- del Coronel Eymar.
Agradeció ese simbólico gesto el homenajeado con entusiastas palabras para la esforzada e inteligente cooperación que le prestaban los Cuerpos de Orden Publico y restantes servicios finalizando su parlamento con alegorías a bucólicas estampas campesinas… Sois primero la semilla, que me la dais ya convertida en fruto; me limito a recoger la cosecha, que luego otros funcionarios beneméritos cuando sale de sus manos se encargan de que no se malogre y perfeccionan la obra, acondicionándola para que no sea devuelta a la circulación en punto de madurez e inocuidad… esta otra prueba de afecto que inspira más que con mis modestos merecimientos, lo ilusionado que estáis con vuestro cometido…
Y el Comisario Jefe Eugenio Benito Poveda, quién reconoció… que en los estrechos contactos con el Coronel Eymar admiraba su clara intuición, experiencia y valor abnegado, que le han llevado en muchas ocasiones a colaborar personalmente en la práctica de arriesgados servicios con los funcionarios del Cuerpo General de la Policía… Con Jueces de este temple y corazón el entusiasmo se duplica, la vocación se fortalece y el servicio fructifica con el más esplendido de los resultados.
A requerimiento del propio homenajeado y demás concurrentes al ágape tomó la palabra el Comisario Jefe de la Brigada Político Social de Madrid Luis Marco, que trazó una muy entusiasta descripción del Coronel Eymar, de quién manifestó… que constituía el exponente más acabado del buen Juez en todos sus aspectos, prudencia, conocimiento, presencia de ánimo y sobre todo una facultad insuperable de valoración objetiva de los elementos de juicio a ponderar terminó su intervención con una poesía alusiva al acto y otras próximas a publicarse que desgraciadamente no recogió la reseña.
Las causas instruidas por el Coronel Eymar desde 1940 a 1963
Desgraciadamente aún a pesar del tiempo transcurrido y la continua lucha de la entidades memorialistas y diversos trabajos de investigación- no se ha podido conocer hasta la fecha, la cuantificación total o número aproximado de consejos de guerra celebrados en todo el territorio nacional y su desglose en las ocho Regiones Militares existentes durante la Dictadura y tampoco las causas instruidas en la Primera por el siniestro Coronel Eymar durante todo su periplo como juez instructor y de las que acabaron con penas de muerte .
Me permito enumerar a continuación con carácter provisional una relación de procesados- necesariamente parcial- que pasaron por las manos justicieras del Coronel Eymar, destacando que en la mayoría de estas Causas eran colectivas, también prácticamente en todas ellas se habrían aplicado torturas y malos tratos con los detenidos, muchos de estos procedimientos terminaron con condenas de pena de muerte ejecutadas :
- 1941, Saturnino Carod, Juan Senra ;
- 1942, Heriberto Quiñones;
- 1943, Jesús Carrera Olascoaga;
- 1944, María Salvo , Marcos Ana , Antonio Gil Asturiz,, Sixto González Agudo, Melquisiadez Rodriguez Chaos, Soledad Real;
- 1945, Santiago Alvarez, Mercedes Gómez Otero, Arriola, Cuesta, Vitini, Carlos Elvira, Gonzalo Castelló, Jesús Monzón;
- 1946, Cristino García, Ángel Vizcaya Carreño;
- 1947, Paco El Catalán, Manuel García Peco, Nicolás Sánchez Albornoz, Pablo Pintado, Ezequiel San José López, Luisa González Barahona, Fuensanta Becerro Jiménez;
- 1948, Fernando Nacarino Alcalá, Aquilino Calvo Sánchez, Gregorio Ortiz Ricoll ;
- 1949, Antonio Iglesias;
- 1951, Gregorio López Raimundo;
- 1952, José María Laso Prieto, Juan A. González Ventura,
- 1954, Esperanza Martínez;
- 1956, Javier Pradera;
- 1957, Vicente Rojo;
- 1958, Manuel García Otones, Luis Martin Santos, Manuel Gil, Enrique Múgica, Carlos Alvarez Cruz, Javier Muguerza, Pedro Patiño Toledo ;
- 1959, Julio Cerón , Horacio Fernández Inguanzo, Tomás Llorens, Julio Marín, Simón Sánchez Montero, José Herrero Meredit, Manolo López, José Ramón Recalde;
- 1960 Miguel Núñez, Ángel Rozas, Ramón Urdiales, Gregorio Ortiz Ricoll, Javier Solana:
- 1961, Elías Zafra Viola, Juan Molinero Rivadigo ;
- 1962, Eliseo Bayo, Luis Gómez Llorente, José Baylos, Francisco Ruano Viedma, Fernández Cesáreo, Pedro Patiño Toledo, Antonio Jiménez Pericas;
- 1963 , Julian Grimau García, Francisco Granado y Joaquín Delgado.