Abstract
En la vida de todas las personas suelen suceder con frecuencia que tengan y se produzcan situaciones y tensiones dramáticas en las que le acontecen y surgen sucesos, problemas no provocados ni deseados y acontecimientos desagradables inesperados, a los tengan que hacer frente para tratar de resolverlos o aminorar sus posibles y nefastas lamentables consecuencias, que dejan una visión bastante negativa de “los otros”, como realidad viviente que nos rodea, afortunadamente simultáneos o seguidos de otros de signos positivos, totalmente contrarios, que se contraponen en su significado e incidencia con los anteriores y devuelven la fé y confianza en los seres humanos, con los que es necesario y se está obligado a convivir.
Hoy por razones que ya conocerán en próximas entradas sólo voy hablar y mencionar el apartado de los agradecimientos, esto es de los que he de calificar como muy positivos.
La presente es una historia personalísima ocurrida en el transcurso del pasado fin de semana del viernes 6 al domingo 8 de noviembre que les voy a contar en esta entrada al blog y espero de mis posibles lectores, una mayor y doble dosis de paciencia y comprensión.
Agradecimientos varios.
En la mañana del pasado viernes hube de acudir al servicio urgencias dentales, a consecuencia del desgaste de un puente móvil en el maxilar derecho de mi dentadura, que me impedía masticar con normalidad, acompañado de una infección en dicha zona, producida por el irregular movilidad y roce de dicha pieza.
Tanto el joven odontólogo que me atendió F.R.B. como la enfermera que le asistía tuvieron, pese a los tiempos de histeria colectiva que vivimos con el dichoso corona virus, un comportamiento profesional impecable y la prescripción que hicieron después de realizar una placa sobre la única pieza donde se apoya dicha frágil estructura, fue la oportuna y adecuada para su futura recomposición, primero sanear la parte de la encía inflamada , para después volver a restaurar y recolocar la dichosa pieza movible, todo ello, además explicado y razonado de forma comprensible, haciéndome ver, como en mayor medida, las personas de cierta edad-estoy a las puertas de mis primeros setenta y siete años-, la estructura ósea de nuestro organismo, -incluida claro está los maxilares donde encajan las piezas dentarias se van modificando y reduciendo con el paso del tiempo, por lo que resulta obligado periódicamente ir acoplando el mecanismo móvil del puente, al desgaste producido en nuestros huesos.
Volvía a casa contento del trato médico dispensado por el joven y ya experto doctor , cuando en el ascensor recibí una llamada telefónica de mi hija Natalia que reside en Sevilla, para comunicarme que le acababa de llamar una joven madrileña, diciéndole que había encontrado “mi cartera”, tirada en la calle al lado de un contenedor y después de comprobar, que tenía mi documentación-incluidas carnets varios, las tarjetas bancarias- y una nota con una lista de varios teléfonos para llamar en casos de emergencia , que podía ir a recogerla en cualquier momento en el lugar por ella indicado.
Cogí un taxi inmediatamente y me personé en la dirección indicada, donde me esperaba esta chica muy joven y bella con un perro y una grata sonrisa – creo no más de veinte y cinco años- hasta ese momento para mí desconocida-supe después que se llama E.B.-, que me saludó como si me conociera de toda la vida con un “Hola Juanjo” y me devolvió la cartera, preguntando si llevaba dinero a lo que contesté que no y ella me explicó cuándo, cómo y dónde se la había encontrado, alabando que en la misma se encontrase la nota con los números de teléfonos para contactar, lo que motivó que ella llamase inmediatamente a mi hija para que me localizase y estuviese tranquilo.
Le di un emocionado abrazo y beso que ella correspondió, preguntándole su domicilio, para hacerle llegar mí personal gratitud, a lo que ella en principio se negó, diciéndome que lo único que deseaba era que si a ella alguna vez le ocurriese algo parecido, le gustaría hicieran lo mismo .
Mi hija Natalia le envió un cariñoso correo por Instagram que reproduzco a continuación y mi agradecimiento consiste en hacerlo público, por ser una chica joven, su actitud solidaria y desinteresada.
La maní del 8M.
El pasado domingo por la tarde acudí a Cibeles, al igual que hago todos los años a la manifestación del 8M, participé y disfruté lo indecible, me encontré con muchas antiguas compañeras/os de la lucha y de mi época de abogado laboralista, permanecí un buen rato con los miembros de la Asociación de la Memoria Histórica de Madrid- coincidí allí con el siempre combativo Victor Díaz Cardiel y su compañera Marita-, quienes portaban múltiples retratos de mujeres fusiladas durante el franquismo, con sus respectivos nombres y apellidos y las fechas de sus ejecuciones, tras una pancarta muy crítica con el Alcalde del Ayuntamiento de Madrid Martínez Almeida, por su más que sectaria decisión de no permitir el ya aprobado monumento a los fusilados en las tapias del cementerio del Este y subí toda la Gran Vía hasta llegar al final, casi en la Plaza de España donde se había montado un escenario y se leyó el comunicado final.
Y para terminar con esta muy heterodoxa entrada recomendarle a todos/as lectores del blog, el siguiente documental…, que pueden localizar en Youtube o simplemente consignando en el buscador de Google…, del que existen varias versiones y artículos relacionados con los cuatro ejes centrales del título.
Documental Flamencas, Mujeres, Fuerza y Duende.
Bajo la dirección de Jonathatan Gonzalez y Marcos Medina, fue estrenada en el 2017, se trata de un relato continuado y muy bien tramado donde se presentan sesenta mujeres, cantaoras, bailaoras, instrumentistas de guitarra y violín, palmeras…, todas ellas relacionadas con el flamenco en sus múltiples modalidades, cuya visión de ese arte y del propio papel jugado por las mismas, de luchas y conquistas traspasan dicho marco puramente flamencólogo, para situarlo dentro del actual movimiento universal feminista, que el siglo XXI ya lo ha colocado a la cabeza de las fuerzas mas transformadoras de la sociedad .
El video tiene una duración total de 98 minutos pero la agilidad con la que está rodado, la buena dirección y montaje escénico, mucho patio y muchas flores, intercalando entre las ágiles entrevistas, canciones, bailes con diversos palos del cante hondo, hacen que uno se olvide del tiempo y si se tiene la necesaria paciencia para llegar a los quince minutos finales , podrán escuchar y tendrán la oportunidad de oír múltiples reivindicaciones, no sólo feministas, sino de todo tipo y que afectan a diversos ámbitos sociales y culturales, también las propiamente políticas, todas ellas de permanente actualidad.
No me resisto a transcribir la letra de una de las últimas canciones;
A querer y perdonar
Yo quiero enseñar a mi niño
a querer y perdonar
Yo quiero enseñar a mi niño
a que luche por el mundo
de tolerancia y de paz
comprensión y cariño
Y respeto a los demás
Caminar siempre adelante
Con la cara levantá.
A modo de conclusión.
Es la primera vez en mi vida que cuento estas experiencias íntimas y personalísimas, lo hago fundamentalmente porque he recuperado la fé en las personas y casi se me ha olvidado de la segunda parte de esta entrada, que pensaba dedicarla a determinados comportamientos sumamente arbitrarios que he tenido que sufrir y padecer últimamente, no debidamente fundamentados ni razonados, que me han producido daños innecesarios.
Viendo y escuchando los bailes y los cantos de todas estas mujeres del antes referido documental, por unos momentos ha volado mi imaginación, situándome, cuando me encontraba interno en la década de los cincuenta en el Colegio del Sacro Monte de Granada, uno de los parajes y con vistas impresionantes de dicha ciudad, en los finales de bachillerato con quince o diez y seis años y habíamos de pasar, cuando nos bajaban a Granada casi todos los domingos por delante de las Cuevas y Zambras Gitanas, siempre me paraba a ver a una joven bailaora que se llamaba “ La Comino”, nieta de “La Faraona” e hija de una saga de flamencos “Los Heredia”, que vivían en lo alto de la Cuesta del Chapí por encima del Colegio del Ave María, en pleno Albaicín, donde muchas noches paseábamos cogidos de la mano, que era lo que se llevaba entonces, al final nos hicimos “novios formales”, con la lógica oposición de su familia, ya que yo era un “payo” y además era conocido en el Colegio como “ el moro”-porque entonces vivía mi familia en Marruecos ,e incluso llegamos a cartearnos en las vacaciones-ella desgraciadamente no sabía escribir y se las dictaba a algún familiar o conocida , lamento no haberlas conservado – porque tuvimos un lindo y limpio romance juvenil.
Final inesperado.
Cuando me disponía a cerrar esta entrada, se me ha ocurrido buscar en la red “ La Comino” bailaora del Sacro-Monte y me encuentro con la triste noticia de su fallecimiento el 29 de octubre del 2011, tenia 64 años, había nacido el 31 de marzo de 1947.
Juan Pinilla el periodista, que firmaba la necrológica terminaba la semblanza de La Comino con una poesía dedicada a su belleza de Angel Portal , con la que también me quisiera despedir de ella.
La Comino nieta de la Faraona
La Comino un torbellino
De temperamento y gracia
Su padre Luis el Gitano
Escultor de gloria y fama
Que un día cogió entre sus manos
Nieve de Sierra Nevada(…)
Si quisiera La Comino
Loco perdió andaría
Descalzo por los caminos
Ya saben, que visionando el documental Flamencas, Mujeres, Fuerza y Duende tienen asegurada una hora y media de relajo y entretenimiento para y por lo que se nos avecina, pero al mismo tiempo múltiples mensajes sobre el arte del flamenco de sesenta mujeres comprometidas, pues en definitiva como decía “ La Martirio” al final del mismo… “Aquí venimos para ser felices….”
Madrid a 15 de marzo del 2020 (Año del Corona Virus).