Nº 112: Adiós Almudena Grandes, lamento no haber cumplido con lo prometido…

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Fue un 22 de noviembre del 2018 -antes de la pandemia- en la sede central del Instituto Cervantes de la calle Barquillo con Alcalá. Acababa de terminarse un acto en homenaje al decano -por su  experiencia vital, personal, profesional y política- de los Historiadores españoles contemporáneos Nicolás Sánchez Albornoz (Madrid 1926), que había sido el primer Director del mismo (1991),  tras volver del exilio y se ofrecía por dicha institución una copa a los asistentes, en la que coincidí junto al homenajeado, con Almudena Grandes, a la que inmediatamente le hablé y le sugerí una propuesta, ofrecerle todo el rico y variado  material documental que disponía sobre uno de los hombres más tenebrosos, crueles y sádicos del franquismo, el conocido como coronel Eymar,  ella mirándome a los ojos con esa mirada tan suya como si me conociera de toda la vida me facilitó de inmediato su correo electrónico… “muy fácil de memorizar me recalcó ella”, para que me pusiese  en contacto y quedar para hablar detenidamente del tema y yo le prometí que lo haría.

Lamentablemente, no sólo el acontecimiento trágico de la larga pandemia – que aún perdura- y otros de diversa índole, que no viene al caso relatar, retrasaron y no hicieron efectiva que pudiese cumplir esa promesa.

La sorpresa de la noticia de la muerte de Almudena Grandes – también fue en los últimos días del pasado mes de noviembre- me causó un especial impacto emocional y una amarga sensación de “hombre incumplidor”, cosa, que las personas que me han tratado y conocen saben que no lo soy, ni creo encajar en esa definición.

Mi primer encuentro con el historiador en el Congreso de Barcelona, cuya lección de clausura Cuelgamuros. Presos políticos para un mausoleo, pronunció con maestría, ingenio y humor Nicolás Sánchez Albornoz con quién me une una entrañable admiración y afecto desde que le conocí en el año 2002, donde se celebraba el muy importante, por ser el primero dedicado a esa temática, Los campos de concentración y el mundo penitenciario en España durante la guerra civil y el franquismo, yo participé con una ponencia, en la tercera sesión La institucionalización del Universo Penitenciario franquista, que llevaba por título Coronel Eymar, un juez militar especial, para los prisioneros políticos españoles (1960-1964), lo que para mí supuso algo muy especial, pues era la primera vez que participaba en un evento académico, cultural y político tan importante, por la concurrencia de historiadores e investigadores y también por el alto nivel científico de las ponencias y comunicaciones.

Desde entonces mi relación personal y profesional y admiración con el maestro no han hecho más que aumentar, incluso me permito pedirle, y él accede gustosamente, que lea y comente algunas de mis últimos proyectos, realizando las siempre razonables críticas que su antigüedad y veteranía le permiten. Es además uno de mis “asiduos” lectores del blog.

Y compartimos, además de la amistad, como se dice en la dedicatoria que a continuación reproduzco, la animadversión al nefasto coronel Eymar, por cuya Jurisdicción Especial Militar pasó en el año 1947, junto a un nutrido grupo de estudiantes, que pretendía nada menos que resucitar las siglas republicanas de la organización universitaria de la FUE (Federación Universitaria Española).

 

Las Actas completas del Congreso de Barcelona un año después se publicaron en un voluminoso tomo (1.098 páginas) en versiones en catalán y español editadas por Crítica, Centre d’Història Contemporània de Catalunya, la Universitat Autónoma de Barcelona – Centre d´Estudis sobre les Èpoques Franquista i Democràtica.

Después de esa comunicación presenté en otras Jornadas de Investigadores del Franquismo celebradas en Zaragoza en noviembre del 2006 Las medallas del coronel Eymar, que también se editaron posteriormente.

En este blog publiqué dos entradas a finales del 2017, que luego fueron reproducidas íntegramente por la desaparecida revista digital semanal Crónica Popular con los llamativos títulos El coronel Eymar ya tiene quién le escriba y El coronel Eymar un juez estrella del franquismo.

Y por último elaboré un bosquejo y perfil biográfico del coronel Enrique Eymar Fernández para el polémico Diccionario Biográfico de la Real Academia Española, que hoy encabeza las entradas de Google referidas a dicho siniestro personaje en la red.

Este tenebroso juez militar que juró fidelidad a la Republica, que permaneció en Madrid durante los tres años de la contienda como Subdirector del Museo del Ejército  y Vicepresidente de la Asociación de Mutilados, ya que él tenía esa condición desde el año 1927 que fue herido de bala en el vientre y una pierna en la guerra del norte de Marruecos – y a quién la mataron un hijo en esos trágicos años, fue detenido, con arresto domiciliario y procesado por las fuerzas sublevadas cuando entraron en Madrid en abril de 1939 por no haberse sumado al Alzamiento, curiosa y paradójicamente, levantado el procesamiento, para inmediatamente después ser designado por el General Varela para el cargo y función de Juez de Prisioneros, cuya misión y competencias no estaban definidas en ningún texto legal de la época, pero que pueden suponerse cuales eran y a quién estaban dirigidas.

Inmediatamente después por los sucesivos Capitanes Generales de la Primera Región Militar fue designado con diversas denominaciones como Juez Instructor para procedimientos de represión de opositores al Régimen – republicanos, comunistas anarquistas, socialistas, guerrilleros (maquis)…- y en el año 1958 Franco le designó por Decreto de 24 de enero, como Juez Militar Especial, con jurisdicción en todo el territorio nacional para la tramitación de procedimientos judiciales derivadas de las actuaciones extremistas, recientemente descubiertas.

 

Función que realizó meritoriamente hasta la puesta en marcha de la nueva Jurisdicción Especial de Orden Público –sus últimas actuaciones conocidas son los casos de Julián Grimau y de los anarquistas Granados y Delgado en abril y agosto de 1963-, ya que la ley creadora del JOP y del TOP fue de 2 de diciembre de 1963 y las primeras sentencias del TOP se produjeron a primeros de marzo de 1964.

Fecha esta última, en que cesó en su especial cometido de represión política de los opositores al régimen, aparecieron publicados primero en el BOE de 14 de marzo y después en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército del 15 de marzo, el Decreto  583/1964, por los que , en consideración a los servicios y circunstancias que concurren en el coronel Enrique Eymar Fernández, caballero mutilado por la Patria…que justifican su ascenso con carácter honorifico, al empleo de General de brigada de Infantería .

Posteriormente, y también por Decreto 3980/1964 de 30 de noviembre firmado por Franco se le concedían a petición de Eymar, la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, con efectos desde el 21 de febrero, en las que se cumplieron las condiciones reglamentarias.

Falleció el ya General Honorifico de Brigada de Infantería Enrique Eymar Fernández, caballero Mutilado Permanente el 21 de agosto de 1967- dándosele de baja por Orden de 24 de agosto de dicho año, de hecho ya venía percibiendo desde el 14 de octubre de 1952 los emolumentos correspondientes de esa categoría y grado.

En su Hoja de Servicios del Cuerpo de Inválidos Militares (Archivo Militar de Segovia), se le reconocieron un total de servicios efectivos de 64 años, 10 meses y 13 días, al computársele como activos todos los años del periodo 1940 a 1964.

De ahí que a su viuda le quedase una pensión mensual del 85% del salario último que percibió el fallecido por importe de 10.645 Pts., con efectos primeros de septiembre de 1967 (Boletín Oficial del Ejercito de 30.12.1967, Págs. 1620 y 1621).

A título informativo el salario diario mínimo interprofesional del año 1967 era de 17,31 Pts. diarias.

Como quiera que el Código de Justicia Militar vigente durante todo el periodo en los que instruyó miles de causas establecía en sus artículos 867 y siguientes, que el Juez Instructor Militar, debería estar en el momento de la ejecución del reo, pues había de firmar el Acta Médica de defunción del reo, quiero ello decir, que le cabe el más que dudoso honor de haber sido el que más penas de muerte presenció a lo largo de su más que dilatada trayectoria, pese a estar reconocido oficialmente como Invalido Absoluto para el servicio de armas.

A modo de conclusión provisional

Almudena Grandes seguro hubiese disfrutado realizando y completando el proyecto que provisionalmente le puse El coronel ya tiene quién le escriba o quizás su fértil imaginación, le hubiese puesto otro, de lo que sí estoy seguro, es que más temprano que tarde, alguien podrá y deberá rellenar el inmenso hueco que nos ha dejado, a todos los perdedores, a los de la guerra civil, a los del franquismo y a los de la actual democracia coronada.

Post/Scriptum

Estaba a punto de entregar esta entrada a mi asesor informático cuando leo en el diario El País de hoy mismo -1 de diciembre- una muy bella columna de Azucena Rodriguez -directora de cine y guionista- , a quien no tengo el gusto de conocer, pero lo intentaré, que bajo el titulo El guion que no se filmó y los Episodios de Almudena Grandes,  relata una anécdota algo parecida a mi primer y único contacto con Almudena, pero con una gran diferencia, Azucena perseveró y fruto de la misma, fue una amistad y colaboración  duradera desde el 2002 y termino, citando las palabra finales de esa columna que comparto en su integridad… Almudena, mujer extraordinaria, inteligente, buena, bella y optimista, generosa, fuerte, sensible y llena de talento.

Y en ese camino seguimos…aprendiendo.

Madrid a 1 de diciembre de 2021

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