Abstract
Dedicada a Dolores Sancho, primera secretaria del proyecto del pionero despacho colectivo laboralista de la calle Cruz nº16-3º izda. de Madrid.
Pese a la dolorosa y trágica muerte y posteriores circunstancias concurrentes del caso Pedro Patiño Toledo puestas de manifiesto en la anterior entrada por la NOTA de Jaime Miralles Alvarez, así despedimos nosotros colectivamente, relacionados por riguroso orden de antigüedad en el ingreso al despacho, María Luisa Suárez, Manuela Carmena, Juan José del Águila, Dolores Sancho, Mayte García y Carlos del Río, colaboradores y miembros todos del entonces PCE que estábamos en el despacho de la calle Cruz-Nº 16,3º el trágico y fatídico año 1971, con postales elaboradas con moldes de dibujos de Pablo Picasso.
Las cuales, no sé porque extraña razón y circunstancias encontré los moldes en soporte de madera en un viejo armario y se me ocurrió aprovecharlos y encargar los tarjetones de felicitación para nuestros clientes y amigos en el nuevo año 1972 a la imprenta que nos hacia los impresos.
Varios de esos modelos de felicitaciones con diferentes dibujos picassianos se los entregué a Simón Sánchez Montero en mano y creo que María Luisa hizo lo mismo con Romero Marín, apodado “El Tanque”, porque había hecho la carrera militar en la Academia entonces soviética Frunze, llegando a lograr el grado de Coronel del ejército soviético tras la Segunda Guerra Mundial y que era uno de los máximos responsables del PCE en el interior.
El texto del tarjetón no podía ser más explícito en su sencillo mensaje político reconciliador: Colaboradores del despacho laboral Cruz, 16,3ºizda, desean que el trabajo y la cultura, hagan posible en mil novecientos setenta y dos, una España para todos.
La alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura, no dejaba de ser, aquí en España, una de los consignas más movilizadoras políticamente de la dirección –de París- y de los responsables del interior del PCE. Otra cosa mucho más discutible era la implementación práctica de ese objetivo táctico-movilizador.
Nunca me olvidaré, del tiempo-varios meses- que estuve cumpliendo condena de un año por propaganda ilegal, impuesta por el TOP en la Prisión de Segovia, en uno de los tres patios y galerías , en que estaba dividida la cárcel, eran tres prisiones diferenciadas, separadas e incomunicados entre sí, a los ya condenados por el TOP y Tribunales Militares, de las amargas confesiones que me hacía Morales “abogado laboralista canario”, cuando era sistemáticamente excluido en las sucesivas elecciones directas y democráticas que para diversos asuntos y menesteres, y que se hacían con mucha frecuencia, porque el tiempo siempre se alargaba en dichos encierros y permitían muchas discusiones y múltiples reuniones.
Una historia pendiente del despacho de la Cruz y la separación traumática con el de Atocha 49: las razones que la motivaron
Éramos un grupo muy heterogéneo de personas, con caracteres diferentes y durante esos-primeros de los setenta del siglo pasado- años que intentábamos montar y organizar un despacho colectivo al servicio de la clase trabajadora, que entonces fundamentalmente representaban las organizaciones del PCE y CCOO y cuya historia tengo programada realizarla y documentarla en sucesivas entradas del próximo año.
De nuestro sectarismo político ideológico de entonces fue una muestra evidente, que no figurase el nombre de Antonio Montesinos Villegas en ese tarjetón navideño, quién a la sazón seguía siendo el titular como arrendatario del contrato firmado en el año 1965 del piso como despacho de asesoría jurídica, cuyo propietario era el abogado gallego republicano Gerardo Abad Conde.
Con quién además manteníamos todos una excelente relación personal y profesional, porque Antonio Montesinos posee y lo sigue teniendo- actualmente con noventa y cinco años – un carácter tranquilo y entrañable y además era un excelente abogado, yo diría uno de los mejores abogados clásicos de Madrid porque sabía y ejercía la profesión como antes se ejercía, llevando asuntos de todo tipo de materias y clientes- había preparado oposiciones a judicatura- por ello tenía una muy amplia formación teórica jurídica, que unía a una dilatada praxis profesional.
Para mí personalmente, lo he considerado siempre como uno de “mis tres maestros de vida”, junto a María Luisa Suarez Roldan y a Jaime Miralles Alvarez, los tres representaron siempre no sólo desde el punto de vista profesional sino humanamente valores y principios universales- la lucha siempre por los más débiles de la sociedad- por encima de las ideologías.
La exclusión radicaba que Antonio Montesinos, en los años setenta ya no militaba orgánicamente en el PCE, al parecer, su vieja amistad con Jorge Semprún y los vínculos familiares de su mujer –familiar de Fernando Claudín –fueron el motivo de ello, lo que nunca impidió nuestra reciproca amistad y colaboración, de hecho él quedó en el despacho, cuando accedí mediante el cuarto turno a ejercer de Magistrado de lo Social a Sevilla. Previamente cuando decidí ejercer individualmente, después de cumplir mi segunda condena de un mes de prisión en 1973 volví a ir a la Cruz con Montesinos y tras unos años, sólo en el despachito de Bravo Murillo 186,1º, nos instalamos definitivamente en la calle de Alcalá 156-6º.
Una sentencia de 26 de noviembre de 1971, de la Magistratura de Trabajo Nº 8 de Madrid, considerada la segunda noticia judicial más importante de dicho año
En efecto, veinte y un trabajadores de la construcción de la empresa “Promociones Urbanas S.A.”-que luego descubrimos que pertenecía al grupo H. SANTOS CONSTRUCTORES – estuvieron en paro- entonces no se podía ni nombrar la palabra huelga- desde el 14 – esto es al día siguiente de la muerte de Pedro Patiño- al sábado 19 de septiembre.
Ellos-los 21- fueron despedidos junto al resto de la plantilla de la obra donde trabajaban-que eran unos ciento veinte- vinieron al despacho de la Cruz, les atendió inicialmente María Luisa, quién confeccionó el modelo de demanda individual, mecanografiando Dolores Sancho los datos personales de cada uno de ellos y cuando llegó la fecha del señalamiento María Luisa tenía otros pleitos y me pasó ese expediente, en el que era previsible su larga duración.
Práctica habitual que hacíamos con frecuencia, cuando nos coincidían las fechas y las horas de los señalamientos de conciliaciones y juicios. El resultado obtenido declarando la improcedencia de diez y siete y la nulidad de los restantes despedidos, fue jurídica y moralmente de una enorme importancia para todo el despacho y tuvo un eco extraordinario en las múltiples reseñas periodísticas diarios no sólo las de Madrid sino la llamada “de las provincias”, con titulares tan significativos, como estos. “Despedidos por un conflicto colectivo ganan un pleito” (La Vanguardia Española de 08/12/71); “Despedidos por participar en un conflicto colectivo la empresa es condenada a readmitirles (Pueblo de 08/12/71) ambas firmadas por José Martin Morales;” Veintiun trabajadores ganan un pleito laboral. Fueron despedidos por participar en un conflicto colectivo (YA, del 09/12/71) de Francisco Gor;” Paro Laboral que no constituye causa de despido (Informaciones 09/12/71), José Torres Cervigón).
La trascendencia de la sentencia dictada en ese caso fue espectacular y prueba de ello, que el diario de La Vanguardia Española de Barcelona, la consideró la segunda noticia judicial más importante del año 1971, lástima de no disponer de ese recorte, ya que se lo enseñé al Magistrado Tomas Pereda, se lo quedó y nunca me lo devolvió- tampoco se lo pedí-, hasta la fecha han sido infructuosos los intentos de localizarla en la diversas gestiones realizadas por escrito telefónicamente con la hemeroteca de dicho periódico.
Además del texto completo de dicha Sentencia, transcrita y reproducida en la Revista Gaceta de Derecho Social, Año 1, Nº 13, 1971, cuyo Magistrado fue Tomás Pereda Amán, quién había sido Juez de Instrucción durante muchos años en la localidad de Arenas de San Pedro y que además era hijo de uno de los Magistrados suplentes iníciales del TOP, conservo las reseñas periodísticas cuyos títulos hemos destacado anteriormente.
Conclusión
Afortunadamente LA HISTORIA la intentan realizar los profesionales de la misma acarreando materiales y visiones a veces muy distintas y contradictorias, sobre el mundo de los despachos colectivos laboralistas durante los últimos años del franquismo queda mucho por investigar y contar, mi intención sigue siendo incorporar materiales que hasta el momento no se han utilizado y que puedan ayudar a formar una visión más enriquecida y distinta. Quizás mis apreciaciones y juicios de valor difieran sustancialmente de los que hasta la fecha han predominado, pero ahí radica la grandeza de una visión democrática del pasado, que exista un vivo y rico contraste de pareceres y opiniones diferenciadoras, pero que estén debidamente fundamentadas.
Madrid a 18 de septiembre del 2021.
Juan José del Águila Torres.