Sinopsis - Abstract
La segunda solicitud de acceso a la Magistratura del 25 de marzo de 1990
La segunda solicitud
Pese a la más que exitosa inauguración del despacho de Alcalá, 151 y de ser considerado por el diario EL MUNDO uno de los cien abogados más influyentes de Madrid los ingresos por mi actividad profesional bajaron sustancialmente en los tres posteriores años, cuando legalmente se suprimió una situación absolutamente discriminatoria por la que, sólo los letrados colegiados en Madrid o dados de alta en el Colegio de la capital pudiesen formalizar y firmar los Recursos de Casación ante la Sala Cuarta de lo Social del Tribunal Supremo, que hasta esas fechas había sido un trabajo en el que me había especializado y constituía una de las principales fuentes de ingreso de honorarios.
Tomé la decisión de volver a presentarme ya que por Orden Ministerial de 30 de abril de 1990 (BOE 11.05.90) se convocaba concurso de vacantes de magistrados. Desde esa fecha de publicación hasta el 25 de mayo de ese mismo año, hice un esfuerzo por elaborar una solicitud, mucho más completa y detallada que la realizada en 1997, en la que lógicamente incorporé los dos cursos de doctorado para obtener los 32 créditos necesarios para luego preparar la tesis y los trabajos profesionales realizados en los tres años últimos.
La solicitud en el modelo oficial y acreditación de haber pagado los derechos de examen y tramitación por importe de 5.525 pts. se presentó oficialmente en el Registro General del Ministerio de Justicia el 25 de mayo de 1990 y constaba de tres carpetas debidamente numeradas y clasificadas, en las que se detallaban los Anexos por el orden establecido en la convocatoria, de reunir las trece condiciones que como mínimo eran exigidas en la misma, además de relacionar: los títulos y grados académicos, los 21 años ininterrumpidos de ejercicio profesional , los cursos de especialización jurídica, presentación de ponencias, comunicaciones, memorias o trabajos similares en cursos y congresos de interés jurídico, las publicaciones científicas, número y naturaleza de los asuntos que ha dirigido ante los juzgados y tribunales, dictámenes emitidos y servicios jurídicos prestados en el ejercicio de la abogacía.
En este último apartado figuraba una relación detallada de los 1.954 expedientes que constaban en el Libro-Registro -debidamente testimoniado ante Notario-de los asuntos llevados personalmente en los sucesivos despachos colectivos o individuales, en los que presté mis servicios desde finales del año 1969 hasta mayo de 1990 como letrado, figurando un cuadro sinóptico que incluía una relación individualizada de cada uno de esos 1.954 expedientes, número del registro y fecha del inicio, concepto, jurisdicción en la que se sustanció, números de afectados por la reclamación, los principales trámites e incidencias y el resultado final, referenciando las sentencias dictadas, resoluciones administrativas, informes y dictámenes de los respectivos expedientes.
Además de la solicitud en las tres carpetas debidamente ordenadas y clasificadas, adjunté seis grandes cajas archivadoras numeradas del 1 al 6- con etiquetas adhesivas- donde figuraban las referencias individualizadas al número del expediente del Libro- Registro del despacho, con múltiples carpetillas amarillas numeradas, conteniendo las sentencias o resoluciones administrativas dictada en cada uno de esos expedientes, reflejaban una índice altísimo –un 94% de estimatorias de las pretensiones ejercitadas por mis clientes y defendidas con mi asistencia profesional- una vez comprobado el contenido de las mismas se procedió a precintarlas, utilizando cinta adhesiva blanca, con el sello y firma.
Fue decisivo para la realización de esta voluminosa solicitud y clasificación de los diversos y variados materiales de todos los expedientes del despacho, el apoyo de mi amigo el Inspector de Trabajo José María Gonzalo Fra, desgraciadamente fallecido en octubre del 2004 y del trabajo material para pasarla al ordenador a mi secretaria Maribel Pascual, a los que quiero resaltar ya que sin su colaboración, hubiese sido imposible la consecución del objetivo deseado.