Nº 80: La antigua prisión provincial de Segovia reconvertida en centro multicultural. Primera parte.

 

Abstract

Una de las galerías del Centro de Cumplimiento de la cárcel Provincial de Segovia, la tercera celda a la izquierda donde permanecí desde 15 de junio al 20 de noviembre de 1969, los cinco meses que me faltaban para cumplir la condena.

Por mi hija Berta tuve conocimiento de que su antigua prisión provincial, que se denominaba Centro Penitenciario de Cumplimiento de Segovia – donde permanecí los últimos cinco meses- del 15 de junio al 20 de noviembre de 1969- del año de condena por propaganda ilegal, impuesta por el TOP, había sido reconvertida en un centro multicultural, gestionado por el Ayuntamiento de dicha ciudad.

Contrariamente a lo ocurrido con otra dos de las prisiones en las que también estuve, la de Jaén y Carabanchel, que fueron derribadas por autoridades responsables del PP y del PSOE, sin tan siquiera dejar una placa o monolito recordatorio de los miles de presos políticos que pasaron por ellas, por lo que dicha reconversión , al mismo tiempo que su reaprovechamiento para fines culturales recreativos y lúdicos de sus ciudadanos, merece reconocimiento público y elogios, por lo que supone de implementación de políticas respetuosas del pasado.

Mi deseo y voluntad de visitarla ha debido de posponerse a consecuencia del estado de alarma provocado por el corona virus. Ello no obsta para traer hoy en este post algunos recuerdos, de cómo fue mi llegada a esa cárcel, las circunstancias que concurrieron en mi traslado desde la prisión de Carabanchel y mis primeras impresiones.

Turismo carcelario.

Fue muy frecuente en la política penitenciaria durante todo el franquismo seguida por las autoridades políticas y administrativas responsables de las prisiones, el que se trasladasen frecuentemente a distintos centros penitenciarios a la mayoría de los presos que cumplían condenas por motivos políticos, extremo que destacan la mayoría de las biografías escritas por cientos de presos.

Ello estaba motivado entre otras razones, para dificultar la visita de los familiares directos de los presos, imposibilitar los plantes y protestas de los internos, cuando se producían situaciones conflictivas en su relación con los responsables y funcionarios de las prisiones y por último para quebrar la combatividad de los presos políticos, que salvo un corto periodo de tiempo- 1949 a 1956-, nunca fueron reconocidos como tales, durante la dictadura.

Y así ocurrió en mi caso, que cumplí un primer periodo en la Prisión de Algeciras en el mes de mayo de 1968, tras mi detención y procesamiento, posteriormente a la sentencia condenatoria, ingresé en la prisión de Carabanchel en marzo del 1969, desde donde me trasladaron a la de Jaén, y permanecí allí, escasamente dos meses y medio, que tras formular sucesivos escritos de denuncia contra la dirección, me comunicaron que me destinaban a la de Soria, volví – en situación de tránsito-de nuevo a la de Carabanchel, donde me enteré, que la totalidad de presos políticos de Soria habían sido trasladados a la vieja prisión provincial de Segovia.

En la mañana del 15 de junio de 1969 me comunicaron funcionarios de Carabanchel, que estuviera preparado pues vendría la Guardia Civil para conducirme a Segovia. En efecto, se presentó una pareja de dicha fuerza y junto a otro preso catalán, también condenado por el TOP, que creo recordar era Francisco Roda Baños, nos condujeron ambos esposados en un jeep de la Benemérita. Deberían ser aproximadamente las trece y treinta horas cuando pasamos por la que luego supimos era la Urbanización de Los Ángeles de San Rafael, llegaríamos a nuestro destino – centro de Cumplimiento de Segovia-sobre las catorce horas, ingresándonos a cada uno en dos de las celdas individuales separadas entre si de la planta baja, donde nos hicieron un primer reconocimiento médico y sirvieron la primera comida, que luego habré de comentar.

La llamada tragedia del restaurante de Los Ángeles de San Rafael.

Inmediatamente después comenzaron a sonar múltiples sirenas que luego supimos eran ambulancias, coches de bomberos y de policía que se dirigían a dicha urbanización, distante unos veinte y cinco kilómetros de Segovia, en donde se estaba celebrando una Convención de Responsables de la Cadena SPAR, pequeños comercios de alimentación y bebidas, con motivo del noveno aniversario de su entrada en España.

Parte del restaurante donde se habían reunido más de quinientas personas se hundió sobre las 14.45 de la tarde, cuando la mesa presidencial se puso en pie para que un sacerdote bendijera el almuerzo, en ese preciso instante el piso se vino abajo y las vigas de la cubierta se desprendieron, cayendo sobre un gran número de personas que acababan de sentarse para iniciar la comida.

Toda la zona ocupada por la presidencia se salvó, ya que se hallaba sobre pilares independientes del resto del edificio del restaurante que aún estaba sin terminar y también salieron ilesos los dos o tres primeros comensales de cada fila de mesas, con el resultado final de 58 muertos y 160 heridos.

Jesús Gil Gil, un delincuente privilegiado, indultado por Franco.

Se supo enseguida, que el edificio siniestrado estaba todavía en construcción, no había sido visado por ningún arquitecto ni aparejador, que carecía de los necesarios permisos y licencias para su uso y que había sido habilitado de prisa y corriendo para celebrar dicha reunión, por orden expresa del propietario, que era un joven empresario de la construcción llamado Jesús Gil y Gil, quién ya después en democracia se convirtió en todo un personaje de “la beautiful people”, portadas de revistas, estrella mediática de los gacetilleros, por sus “ostentoreas-vocablo que él empleaba con frecuencia- en su declaraciones y ruedas de prensa, llegó a ser Presidente del Atlético de Madrid y Alcalde de Marbella, que volvió a ser procesado y condenado y de nuevo ingresó en prisión por diferentes delitos.

El Juez de guardia de Segovia ordenó su procesamiento e inmediata prisión incondicional, por delitos de imprudencia temeraria, con resultado de muertes y heridos, reteniéndole 20 millones de pesetas que Gil tenía en diversos bancos de Madrid y embargándole todo el complejo turístico y residencial de Los Ángeles de San Rafael.

Ingresó en la otra cárcel que había en Segovia para presos comunes, donde gracias a sus habilidades se hizo cargo del pequeño economato de la misma y cuentan las crónicas que su celda era una oficina desde donde seguía dirigiendo la actividad empresarial como constructor y también que se hacía llevar todos los días comida preparada en los mejores restaurantes de la ciudad, invitando a otros presos y funcionarios.

Jesús Gil y Gil esposado ingresó en la otra Prisión de Segovia el 15.06.1969

Jesús Gil salió en libertad provisional el 15 de enero de 1970, tras siete meses en dicha prisión y se celebró el juicio oral ante la Audiencia Provincial de Segovia el 27 de junio de 1971, donde el fiscal solicitó la imposición de una pena de diez años de prisión mayor, por delito de imprudencia temeraria, por su destacada participación personal, siendo condenado a cinco años , de los que tan solo cumplió un total de diez y siete meses, ya que Franco le indultó el cumplimiento del resto de la condena.

Javier Cercas, en su relato Anatomía de un instante, sobre el 23 F,- pág. 347- menciona dicho acontecimiento, destacando que la tragedia fue producto de la avaricia del propietario, lo normal hubiera sido que salpicara políticamente Adolfo Suárez – quien en aquellos momentos era el Gobernador Civil de Segovia y había asistido un año antes a la inauguración del complejo turístico- sobre todo en un momento en que la batalla en el interior de régimen libraban falangistas y opusdeístas estaba llegando a su punto álgido; Suárez no obstante consiguió salir reforzado de la catástrofe: durante semanas los periódicos no cesaron de elogiar la serenidad y coraje del gobernador civil, quién según repitieron las crónicas llegó al lugar de los hechos poco después del derrumbamiento, se hizo cargo de la situación y se puso a sacar heridos de los escombros con sus propias manos y a quién poco después el Gobierno condecoró por su comportamiento con la Cruz del Mérito Civil.

Adolfo Suárez Gobernador Civil de Segovia dirigiendo el rescate de fallecidos y heridos el 15 de junio de 1969 en el hundimiento del restaurante de Los Ángeles de San Rafael.

Si traigo aquí estas referencias y acontecimientos de lo ocurrido por la avaricia e imprudencia temeraria de un empresario de la construcción como Jesús Gil, que originó una verdadera tragedia ocasionando la muerte de más de cincuenta y ocho personas, ya que muchos de los heridos con traumatismos múltiples fallecieron posteriormente, y el trato de favor- casi exquisito- que se le dio primero en la otra cárcel de Segovia y después, con una condena mínima de cinco años impuesta por la Audiencia Provincial de Segovia, de los que ni tan siquiera cumplió unos meses al ser indultado rápidamente por Franco.

Con ello quiero marcar y resaltar las notables diferencias de esa llamada Administración de Justicia Penal Ordinaria- que también era y practicaba una Justicia de clase , con la Justicia de los múltiples Tribunales Excepcionales y Extraordinarios que funcionaron a lo largo de todo el franquismo, imponiendo monstruosas condenas de penas de muerte y de múltiples años de condena a los opositores, además con un rígido régimen de cumplimiento de las mismas, como fue el recién implantado a los presos políticos del Centro de Cumplimiento de Segovia, divididos, e incomunicados en tres galerías diferentes, con sus respectivos patios, caso único en la historia de los establecimientos penitenciarios tres cárceles dentro de una con internos separados y todos ellos condenados a muchos cientos de años de cárcel-algún día habría de sumarse el total de años de cárcel que cumplieron efectivamente los presos políticos durante la dictadura-, por luchar y reivindicar el reconocimiento de los derechos y libertades, que ya lo estaban en la mayoría de los países europeos.

Desde luego me siento muy orgulloso de haber compartido esos últimos cinco meses de mi condena, que era de las de menor entidad- un año- comparada con la de los restantes compañeros presos políticos, algunos de ellos con condenas de quince y veinte años, que prácticamente cumplieron en su integridad, al ser privados de los derechos a redimir y salir en libertad condicional, cuya relación y firmas podrán ver en uno de los Anexos de la presente entrada, que logré sacar camuflada en un disco, el día que salí en libertad el 20 de noviembre de 1969.

Documento único de incalculable valor emotivo, ya que en él constan las firmas de todos los presos que se encontraban allí en esa fecha- excepción de Horacio Fernández Inguanzo, que lo habían trasladado a Madrid para celebrar juicio ante el TOP- de todos ellos guardo recuerdos emocionados, muy especialmente por el camarada vasco-hasta la médula- Luis López de la Calle , quién ya en democracia fue asesinado el 7 de mayo del 2000, en el portal de su casa por un comando de ETA cuando volvía a su domicilio en Andoain (Guipúzcoa) con los periódicos del día.

Me gustaría conocer algún día que pensarían de este alevoso crimen los compañeros de ETA que en aquellas fechas estaban presos en Segovia.

Mi primera comida en el Centro de Cumplimiento de Segovia.

Tras las formalidades preceptivas por parte de la pareja de los guardias civiles al llegar a dicho establecimiento nos indicaron los funcionarios la celda que nos correspondía, la mía estaba situada en la planta baja de una de las tres galerías existentes.

Transcurrió muy poco tiempo al recibir la primera visita, del médico de la cárcel, quién me saludó afectuosamente, auscultó y me preguntó rutinariamente si padecía enfermedades contagiosas, algún padecimiento o si tenía tratamiento especifico prescrito, a las que contesté negativamente.

Nada más marcharse apareció, en la puerta de la celda un funcionario acompañado de un señor- que luego supe era uno de los presos comunes que hacían los servicios internos de la cárcel para las tres galerías de políticos- con una muy limpia chaquetilla blanca de camarero, una bandeja con los dos platos del día, postre y un vaso de vino.

He de aclarar que el traslado desde la Prisión de Soria a la de Segovia- de la que lógicamente ya se tenían noticias en la cárcel de Carabanchel- había levantado inquietud no sólo entre los cincuentas presos políticos trasladados, sino también entre sus familiares y los abogados defensores, puesto que el traslado no se había avisado previamente, tampoco dado explicación alguna y razones de la triple separación y porque a los pocos días de su llegada falleció uno de ellos, Diego Capote, minero asturiano, y el resto de los compañeros acusaban a la Dirección y al médico de no haberle prestado la debida asistencia de las dolencias que padecía.

También concurría , que el recinto de la vieja Prisión Provincial de Segovia, una vieja construcción de principios de siglo habría sido utilizado tras la guerra civil, como cárcel de mujeres republicanas y fundamentalmente las acusadas de participar activamente y prestar cubertura al movimiento guerrillero de finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, no reunía las mínimas condiciones para el cumplimiento de largas condenas.

José Sandoval Moris, dirigente del PCE, detenido junto a otros doce camaradas a finales de abril de 1964 procesado y condenado por el TOP en sentencia dictada el 8 de febrero de 1966 a quince años y tres meses de prisión, el fiscal había solicitado treinta y tres años-algún día tendré que poner negro sobre blanco, el porqué los cuatro del aparato de propaganda de la universidad de Madrid- nos libramos de esa caída y además fue el primer juicio del TOP al que asistí, gracias a una limpiadora del Palacio de Justicia , a quién le dije, cuando aguardaba en la cola para entrar a la Sala que era estudiante de derecho-cosa que era cierta- y por eso tenía interés en asistir para aprender de los famosos abogados que defendían a los procesado- me sacó de la misma y habló con el policía armada del tribunal y pude estar sentado al lado del padre de Sandoval y la mujer de Daniel Lacalle durante todo el juicio .

José Sandoval en un precioso librito-de 181 páginas-, con el titulo Una larga caminata. Memorias de un viejo comunista, Muñoz Moya Editores Extremeños y la FIM (Fundación de Investigaciones Marxistas), 2006, que no tienen desperdicio, califica al denominado Centro Penitenciario de Cumplimiento de Segovia, en el apartado XXXIII-pag. 149-. La última y la peor de mis prisiones y dice : El 19 de mayo de 1969 fuimos trasladados a un edificio semi desmantelado de Segovia…no se anduvieron con miramientos. Más de la mitad de los veinte y cinco presos estaban sometidos en la Prisión de Soria a algún tipo de régimen médico pero llegados a Segovia les fue suprimida la medicación y suspendida la dieta que requerían…Separados en tres galerías, incomunicados entre si, aislados en cada una de ellas en celdas alternas, sin obtener respuesta alguna a las reclamaciones y protestas, la situación presentaba todas las trazas de una operación de castigo dentro de un régimen de severo aislamiento. El resultado trágico de semejante experimento fue la muerte de nuestro compañero Mario Diego Capote. En la prisión de Soria le trataban de una úlcera sangrante . En la de Segovia murió desangrado. Sufrió una hemorragia que no se pudo cortar en las condiciones descritas y murió al dia siguiente 21 de mayo de 1969….En realidad le habían enviado al hospital a morir ya exangüe…

Sandoval y otros compañeros dirigieron escrito de denuncia al Juzgado de Instrucción de Guardia de Segovia , en la que se decía… que durante varios días se le había sometido a Mario Diego Capote a medidas de rigor innecesario, dado su estado de salud…hecho que podía ser considerado como homicidio del cual derivan graves responsabilidades para el director de esta prisión…

No hubo respuesta alguna del Juzgado, habría que investigar las razones alegadas-si es que las hubo- del magistrado titular para acordar por Auto el archivo, ya que los hechos encajaban en el tipo Artº 187 del Código Penal (Será castigado con pena de suspensión…6º. El funcionario de Prisiones que impusiere a los presos o sentenciados privaciones indebidas o usare con ellos de un rigor innecesario.)

ANEXOS FOTOGRAFICOS TOMADOS EN EL CENTRO DE CUMPLIMIENTO DE SEGOVIA EN LA FESTIVIDAD DE LA MERCE,  EN LA QUE SE PERMITIA LA ENTRADA DE LOS HIJOS MENORES DE EDAD SEPTIEMBRE DEL AÑO 1969.

 

1 -Hijos de los presos .2.-Montenegro, Juan Muñiz Zapico, Juanjo del Águila, con la hija de Muñiz. 3.- Horacio Fernández Inguanzo y su nieta Natalie. 4.Juanjo del Águila, Gerardo Iglesias y su guaje, Roberto Morales. 5.-Luis Hoyos y sus dos hijos Anselmo y Sonia, José Luis López de la Calle con sus dos hijos y Juan José del Águila.

 

6.-Jesus Redondo Abuin, Eduardo Saborido y Juan José del Águila. 7.-Rafael Urbano, Horacio Fernández Inguanzo y Juan José del Águila. 8.-Juan José del Águila , Espina y Roberto Morales. 9.-Juan José del Aguila , Horacio Fernández Inguanzo y Montenegro. 10.- José Sandoval, Julian Ariza y Timoteo Ruiz. 11.- Juan José del Águila Horacio Fernández Inguanzo y Montenegro.

 

Relación con las firmas de todos los presos políticos de las tres galerías del Centro de Cumplimiento de Segovia, que saqué, cuando salí en libertad, el 20 de noviembre de 1969 en un disco grande de los Coros del Ejército soviético, junto dos pinturas de Sandoval y Tony Gallardo.

Necrológica de un luchador: José María Galante

En la madrugada del pasado domingo 29 de los corrientes falleció en Madrid, conocido como Chato Galante entre los combatientes por el memorialismo y contra la impunidad del franquismo.

Estuvo detenido-sufrió torturas por parte de Billy el Niño, preso y condenado por el TOP durante la dictadura. En la primavera del 2011 junto a un numeroso grupo de resistentes constituyeron La Comuna de presas y presos del franquismo , una de las plataformas mas activas y militantes en apoyo de la llamada querella argentina.

¡¡¡Que tu nombre y ejemplo perdure en el tiempo y en la historia!!

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