Abstract
En dicha fecha se cumple el primer aniversario del fallecimiento de Enrique Raimundo José Ximenez de Sandoval Riestra, así figuraba en la sentencia de 12 de julio de 1965 del Tribunal de Orden Publico, en el sumario 78/65, instruido por el Juzgado de Orden Publico y en la que fue absuelto de asociación ilícita y condenado junto a otros dos estudiantes Francisco Pereña García y Andrés Martínez Lorca, como responsables en concepto de autores de un delito de propaganda ilegal a las penas de un año de prisión y diez mil pesetas de multa, que cumplieron íntegramente en la Prisión de Carabanchel.
Según el relato fáctico, los procesados fueron detenidos el seis de abril de 1965 tras repartir octavillas haciendo un llamamiento a los trabajadores y a la población para manifestarse el día siguiente ante la Casa Sindical (Paseo del Prado) y al final de la misma se consignaban las expresiones… “Proletarios de Madrid, uníos ”, “Viva el Socialismo”, “F.L.P.”
Breves antecedentes biográficos
Nació Enrique Ximenez de Sandoval, como le conocíamos los compañeros de Facultad de Derecho , de profesión y de militancia, en Salamanca el 3 de noviembre de 1941 y era el segundo de cinco hermanos, cuyo padre militar de profesión José Ximenez de Sandoval Riestra (1897-1988), llegó a ostentar el grado de Teniente General del Ejército Español, al igual que lo fue su tío abuelo José Ximenez de Sandoval Bellange (1849-1921), coronel y oficial del Estado Mayor cuando intervino en la guerra de Cuba en 1898.
Estudió Enrique el bachiller en diversos colegios y ciudades, Los Maristas de La Coruña, Escolapios en Santander, y Agustinos de Málaga, consecuencia de los diferentes destinos que tuvo el padre.
Inició la licenciatura en Oviedo y terminó en la Facultad de Derecho de Madrid el 17 de noviembre de 1966. Fue profesor ayudante del catedrático Eduardo García de Enterria durante varios años, colaborando no sólo en la cátedra, también en las recopilaciones de derechos administrativo. Estuvo becado en Florencia por la Fundación Juan March. Militó en su época universitaria en el Frente de Liberación Popular y tuvo como alumnos a Enrique Ruano y a Dolores Gonzalez Ruiz.
En diciembre de 1970 la Plataforma de Abogados Demócratas de Madrid que solía celebrar sus reuniones en el llamado Salón de la Virgen tomó la decisión de que se nombrara una comisión de abogados ejercientes para que se desplazaran a Burgos como “observadores” donde se iba a celebrar un consejo de guerra contra militantes de ETA y en el que se pedían varias penas de muerte. Entre los elegidos figuraban Enrique Ximenez de Sandoval, Juan Francisco Martin de Aguilera, Elvira Posada, Eduardo Cierco, Alberto Sechi y Juan José del Águila.
Salimos de madrugada en un jeep conducido por Alberto sin calefacción, por lo que tuvimos que ir todo el trayecto abrigándonos con las togas y después de varios controles de carretera y en la ciudad de Burgos llegamos al acuartelamiento donde acababa de comenzar el consejo de guerra y pedimos al oficial de guardia hablar con el Presidente Coronel Ordovás, quién era un consumado jinete que había participado en diversos eventos hípicos nacionales e internacionales.
En el primer receso de la mañana nos atendió con cierta frialdad y recelo, pese a que le dijimos, que íbamos como abogados representantes del Colegio de Madrid. El compañero Eduardo Cierco tuvo una muy afortunada intervención preguntándole al coronel por una jaca de la yeguada militar que había estado enferma y el semblante le cambió, explayándose en la forma en que se había recuperado y el tratamiento veterinario que se le estaba aplicando y al concluir, nos manifestó que no habría ningún problema para que asistiésemos al consejo de guerra , para lo cual dio órdenes para que pusieran un banco detrás de los letrados que defendían a los procesados, situación verdaderamente privilegiada, para poder escuchar las intervenciones de nuestros compañeros defensores, así como las declaraciones de los procesados y los gestos de los miembros del tribunal militar.
Anécdota que conté en su día al periodista Fernando Jáuregui, que la transcribió en una muy reciente publicación Los abogados que cambiaron España. Ochenta años de historia de los letrados y juristas que contribuyeron a la democracia (1939-2019). Editorial Almuzara, a la que dedicaré una futura entrada.
A partir de 1971 Enrique Ximenez de Sandoval comienza a desempeñar la asesoría jurídica del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, donde demostró su alta cualificación profesional en el ámbito administrativo y especialmente en materia de derecho urbanístico en donde se jubiló poco antes de su muerte.
Se incorporó a la Agrupación de Abogados del PCE de Madrid, militando en el frente de barrios y asesoramiento del movimiento ciudadano, dada su experiencia profesional participó en las actividades de la empresa Deincisa, patrocinada como empresa pantalla por dicha formación política, para el desarrollo de diversas iniciativas en esos ámbitos.
En los últimos años del franquismo-ante los imposibles caminos para crear asociaciones y partidos políticos- hubo un verdadero aluvión para crear entidades con apariencia mercantil pero con finalidades políticas, prueba de ello, que el mismísimo Fraga Iribarne, tras volver de Londres constituyó Godsa.
Merecería la pena estudiar en profundidad este fenómeno de aparente mercantilización formal de la política a través de sociedades anónimas.
En el primero de los tres viajes que realizó Enrique y su mujer Aurora a Cuba, visitando el Museo de la Revolución de La Habana, cuando les explicaban la muerte en combate de José Marti-héroe de la Independencia en la batalla de Dos Rios-mayo de 1895- resaltaron que el coronel que entonces mandaba las tropas españolas fue José Ximenez de Sandoval Bellange (1849-1921), que resultó ser el tío abuelo de Enrique.
Quién además en el acto de colocar el féretro de José Martí en el nicho tuvo un gesto de caballerosidad que le honró para siempre, al pronunciar unas palabras : Señores ante el cadáver del que fue en vida José Martí y ante la carencia absoluta de quién pronuncie las frases que la costumbre ha hecho de rúbrica, suplico a ustedes no vean en el que a nuestra vista está, al enemigo y si al cadáver del hombre que las luchas de la política colocaron ante los soldados españoles. Desde el momento que los espíritus abandonan las materias, el Todopoderoso, apoderándose de aquellos, los acoge con generoso perdón allá en su seno; y nosotros al hacernos cargo de la materia abandonada cesa todo rencor como enemigo y dando a su cadáver cristiana sepultura que los muertos merecen. He dicho. (baracuteycubano.blogspot.com/2010/05/la-hidalguia-y-magnanimidad-de-ximenez,html, visitada el 01/05/2019).
Intercambio epistolar entre Enrique Ximenez y Fidel Castro.
De esa visita y anécdota surgió la iniciativa de Enrique Ximenez de dirigirse por carta fechada en 6 de julio de 1992 al Comandante Fidel Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba
Fidel Castro le contestó por carta remitida desde La Habana el de abril de 1993, que también reproducimos íntegramente a continuación
El 26 de abril de 1993 Enrique Ximenez de Sandoval agradecía por escrito a Fidel Castro con satisfacción y gratitud la respuesta dada , y decía en la misma ….. por debajo de la historia corre un sentimiento de fraternidad entrañable cuando un español y un cubano se encuentran, trascribimos también el texto completo de esta segunda carta, que terminaba con un cariñoso recuerdo de homenaje a Fidel y a José Marti.
Hasta siempre Enrique.
Enrique Ximenez de Sandoval por su procedencia familiar, por su detención, proceso y condena representó en 1965 y en todo su posterior periplo personal profesional y político como tantos otros estudiantes universitarios que le precedieron a partir del año 1956-Miguel Sanchez Mazas, Javier Pradera…y en abril de 1964, Daniel Lacalle…que eran todos hijos de “los vencedores”, y como se decía en uno de los llamamientos para las movilizaciones de los universitarios suscrito el 1º de abril de 1956-aniversario del fin oficial de la guerra civil- suscrito por “hijos de los vencedores y de los vencidos…”, donde se decía “una victoria militar que sin embargo no ha resuelto ninguno de los grandes problemas que obstaculizaban el desarrollo material y cultural de nuestra patria…el nuevo régimen no ha sido capaz de integrarnos de una tradición autentica, de proyectarnos a un porvenir común, de reconciliarnos con España y con nosotros mismos.”
De ahí que, desde el momento que me enteré-desgraciadamente meses mas tarde- de su fallecimiento pensé y así se lo comuniqué a su compañera y esposa Aurora, quién amablemente colaboró en la selección de documentos y fotografías, junto a dos hermanos de Enrique, Maria y Raimundo, que han servido de soporte material para dedicarle estas palabras de recuerdos y testimonios, para que su memoria y su lucha perdure.