(…) No todo Estado es Estado de Derecho. Es cierto que todo Estado crea y utiliza un derecho: todo Estado funciona con un orden jurídico, con un sistema normativo; hoy no cabe pensar un Estado sin derecho, sin orden jurídico, sin sistema de legalidad (un sistema de legalidad como una existencia de un conjunto coherente de normas). Pero la existencia de un orden jurídico, de un sistema de legalidad en un Estado no autoriza a hablar sin más de un Estado de Derecho, un Estado dotado de un orden jurídico, de un sistema de legalidad, puede muy bien no constituir un Estado de Derecho. No todo sistema de legalidad se configura como un Estado de Derecho. No todo Estado es Estado de Derecho. Designar como tal a todo Estado, por el simple hecho de que se sirve de un sistema normativo, constituye una imprecisión terminológica y conceptual, que sólo lleva -a veces intencionadamente- al confusinismo
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– Revista de Estudios Políticos, Nº 131, sep /oct 1963, págs 21a 58 –