Nº 62: Ángela Martínez, viuda de Julian Grimau. In memoriam

Sinopsis - Abstract

El pasado día 1 falleció  en Madrid a los 89 años, Ángela Martínez – viuda que fue de Julian Grimau, asesinado legalmente , valga la paradoja  –ya que fue  víctima  de un CRIMEN DE ESTADO- por fusilamiento en la madrigada del  20 de abril de 1963  ,  tras una farsa y parodia de Consejo de Guerra celebrado  dos días antes con sentencia de pena de muerte- y por cuya memoria y rehabilitación luchó Ángela   toda la vida, al igual que las dos hijas del matrimonio Carmen y Lola,  sin poder lograr la anulación de esa condena injusta, al no prosperar ninguna de las cuatro iniciativas en diversas reclamaciones judiciales tramitadas ante el  Consejo Superior  de Justicia  del Ejercito-dos ocasiones durante el franquismo (07/03/1966 y 16/11/1966) y ante el Tribunal Supremo- otras dos ya en esta débil democracia el 14/03/1987 y  por último a instancias del Fiscal General del Estado  el 21/04/1989 .

Dos días más tarde las cenizas de Ángela  fueron depositadas en la tumba del que fue su esposo, en el cementerio civil de Madrid,  donde reposaban  sus restos  llevados en el año 1973.

Carmen Grimau la hija mayor del matrimonio, le dedicó una preciosa y emotiva columna, con el titulo  La última clandestina, que se publicó en la sección Otras Voces del diario EL MUNDO del lunes 9 de septiembre-reproducido  días más tarde por la web de la Federación Estatal de Foros por la Memoria  y Kaosenlared, que me  permito también transcribirlo  a continuación.

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Una infamia más con el cadáver de Julian Grimau.

Tras un  largo periplo administrativo judicial interpuesto por el abogado de la familia Amandino Rodriguez Armada en el año 1968 contra el Director del cementerio de Carabanchel, quién se negaba –siguiendo órdenes de la superioridad-a facilitar los datos para la localización de la tumba donde fue enterrado Julian Grimau, tras su fusilamiento el 20 de abril de 1963 en una de las mayores montajes seudojurídico y propagandístico de la dictadura franquista.

Los restos de Julian Grimau fueron trasladados por expreso deseo de su familia, Ángela y sus dos hijas, el 23 de septiembre de 1973 a una tumba del cementerio civil, allí también había ese día  miembros de la Brigada Político Social, que efectuaron fotografías de los asistentes  y efectuaron  varias detenciones entre ellas la del compañero y abogado Cristóbal Delgado, desgraciadamente ya fallecido.

¿Cómo explicar a las nuevas generaciones, que después de todas las tropelías cometidas  por la Dictadura Franquista en el montaje para poder llevar a cabo impunemente el Crimen de Estado, se le siguiese hurtando a la familia su lugar de enterramiento y cómo explicarles, que la simple asistencia a esa ceremonia de inhumación de unos restos mortales, fuese suficiente para llevar a cabo detenciones en ese lugar  por la policía política y amedrentar con fotografías a los asistentes a esa ceremonia fúnebre?

Ángela Martínez,  conocida  como Angelita Grimau. (Foto EL MUNDO  02/09/19)

La vuelta de Ángela del exilio el 19 de septiembre de 1976.

Hubo de morir Franco para que a Ángela que residía en París, se le autorizase volver a España y se  le diesen el pasaporte- anteriormente denegado en sucesivas ocasiones.

Tuve la enorme suerte de  coincidir  con ella en el mismo tren desde París a  Madrid el 18 de octubre de 1976. Junto a Jaime Axel, también abogado en el despacho de Alcalá 151, habíamos asistido en dicha capital a una reunión de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas, controlada e influenciada ideológicamente  por la entonces URSS y países del llamado “socialismo real” y con la que manteníamos la Agrupación de Abogados del PCE una muy crítica vinculación, por su dogmatismo y forma de funcionamiento.

Fue el revisor del tren, quién nos comunicó la presencia de Ángela  y ante nuestra insistencia en conocerla personalmente  nos llevó a su departamento,  con quién departimos  muy cordialmente   un buen rato del viaje  y nos dimos a conocer  como abogados laboralistas y compañeros de despacho de María Luisa Suarez Roldan y del motivo de nuestro viaje a París.

Reproduzco a continuación, la reseña-localizada a través de la red- que apareció en la edición de Blanco y Negro  del 25 de octubre de 1976, bajo el titulo Ángela Grimau regresa del exilio, en la que un numeroso grupo de camaradas y simpatizantes le dieron la bienvenida, con cantos en homenaje a Julian Grimau y se empezaron ya  a escuchar la consigna, luego muchas veces repetida “Si, Si Dolores a Madrid.”

Otra ocasión perdida de implementar ese Crimen de Estado, en el relato oficial del  todavía inacabado franquismo.

Hace unos días me quejaba amarga y creo que inútilmente, en un intercambio de correos,  con la documentalista responsable y el director ejecutivo, de una serie de programas por capítulos  para  televisión bajo el titulo “El  Franquismo en color”, en uno de ellos, referido a los años 60 y al llegar a 1963 – caso Julian Grimau- le dedican unos breves segundos con  informaciones no veraces y descontextualizadas- y lo que es más grave a mi juicio, ninguna mención ni referencia a la existencia al Crimen de Estado, del que ya se han hecho eco algunos historiadores como Ángel Viñas  y algunos   medios de difusión  en artículos  de  periodistas, basados  fundamentalmente en mis investigaciones académicas sobre el mismo.

¿Qué más  tendrá que ocurrir, para que se acabe aceptando su  acreditada existencia real y  documental del crimen de estado ejecutado en la persona de Julian Grimau y se incorpore  en el relato definitivo del  franquismo?

A modo de conclusión:

Una muestra más de la democracia de baja intensidad que tenemos en este país  todavía llamado España.

Son cada vez más las voces de diferentes y representativos ámbitos sociales, culturales y políticos  de los que claman sobre el deterioro institucional y el “encanallamiento” de la vida colectiva en este nuestro país.

La digna y callada muerte de Ángeles Martínez, una más que valerosa “clandestina”, que a su vez también  fue  esposa, madre  y abuela, es otra  de las  muchas imágenes fijas, en la que la sociedad española debería mirarse, para interrogarse ¿Qué es lo que ha pasado …? ¿ A qué grado de insensibilidad se ha llegado para posponer y postergar indefinidamente problemas que deberían haberse sustanciado y resuelto hace ya muchos años, de esta democracia cada día más  depauperada?…¿ Cómo  devolver la honra y el honor a la familia de una víctima de un verdadero y más que probado Crimen de Estado, que se cometió hace 56 años, en el que participaron directamente las más altas instancias de la dictadura franquista y todos los aparatos mediáticos de un Estado criminal?, ¿ Quién o quienes entonaran entonces  el necesario mea culpa de tanta ignominia durante la dictadura y en los años de esta cada vez más devaluada democracia?

No todas las personas que nos van abandonando en estos últimos años tienen la fibra y sensibilidades  de Ángela Martínez y pocas de las que aquí permanecen como sus hijas  Carmen y Lola Grimau y sus nietos Miguel,  Samira y Kumari para enfrentarse tan serenamente a la despedida final, cantando unas estrofas de Edith Piaf :  No, nada de nada, no lamento nada, ni el bien que me hicieron, ni el mal, todo está pagado, barrido, olvidado. 

Con profunda emoción, cariño  y respeto,  lamento no poder compartir está última decisión de Ángela,  sus hijas  y sus nietos. Prefiero seguir manteniendo, por extender la lucha por los principios universales de VERDAD,  JUSTICIA, REPARACIÓN Y NO REPETICIÓN,  en la que coinciden todas las instituciones memorialistas y los diversos organismos  internacionales que se vienen ocupando de esta materia, a través de lo que ya en su día manifesté, como…   Una exigencia histórica. La necesidad de rehabilitar la memoria de Julian Grimau.… A pesar del tiempo transcurrido desde su  ejecución , todavía hoy constituye una asignatura pendiente para la actual democracia española obtener la rehabilitación de la memoria y el buen nombre de Julián Grimau que se justificaría desde la más elementales consideraciones de la ética pública y sin someter su desagravio a ninguna supeditación política partidista” en 1997,   la tesis académica sobre el TOP y al final de los dos  capítulos sobre el Crimen de Estado de Julian Grimau, en el 2001 en la publicación  EL TOP y La represión de la libertad,   en posteriores  conferencias y  artículos aparecidos en diversos medios como el de Cuatro Intentos frustrados de revisar la sentencia que condenó a muerte a Julian Grimau, Crónica Popular, en el Suplemento Los Crímenes del franquismo , en la revista de humor  Mongolia, Julian Grimau Crimen de Estado en la revista digital Unidad Cívica por la República 55 Años del Crimen de Estado de Julian Grimau.

¡¡¡ Y qué así sea y podamos verla hecha realidad !!!

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