Nº 135 La exposición de Cástor González, oficial del ejército republicano, pintor, músico y expresidiario, en el campo de concentración que fue el actual Parador de Turismo San Marcos de León. Primera parte

En la programación de diversos actos culturales del XI Encuentro Internacional de Investigaciones del Franquismo del 16 al 18 del pasado mes de noviembre, celebrado en la ciudad de León al que asistí, cuya valoración y resumen final podrán leer en próximas entradas, figuraba el anuncio de una exposición, en la sede histórica del Museo de León -edificio anexo e integrado en él, actual Parador Nacional, bajo el título de Cástor González y el campo de concentración de San Marcos, que permanecerá abierta hasta el 15 de enero del 2023, motivo más que suficiente para realizar una visita a dicha bella ciudad y a la que no debe faltar la contemplación interior y exterior de la catedral.

 

¿Quién fue Cástor González Álvarez?

He de reconocer, que antes de visitar esa interesante y asombrosa exposición por la diversidad de objetos de la muestra -una inmersión y verdadera lección de memoria histórica- desconocía absolutamente todo lo referente a dicho personaje, víctima directa de la represión franquista inicial y su más que intensa relación con lo que fue el campo de concentración de San Marcos de León.

Cástor González Álvarez (Avilés 1913-2001) se alistó en el ejército republicano en los inicios de la guerra civil, llegando a tener el grado de teniente, fue hecho prisionero por las tropas franquistas e ingresó en el campo de concentración de León el 24 de febrero de 1938. Durante tres años vio y vivió el horror de los prisioneros hacinados, torturados y víctimas de las sacas nocturnas.

Lo que entraba por su retina, salía por sus manos de dibujante en forma de caricatura, pero también de denuncia. Para pasar la censura o simplemente sobrevivir <ofreció un testimonio muy amable y poco oscuro, se defendió dibujando>, comentaba Luis Grau, director del Museo de León, según relata Ana Gaitero la periodista del Diario de León, del 16 de noviembre, en la crónica de la inauguración, al resaltar, que, en dicha exposición, se rescataban-por primera vez en León – las primeras imágenes del penal y campo de concentración de San Marcos, dibujos y caricaturas del preso republicano asturiano.

La exposición en el Museo de León -con seis paneles explicativos, sus respectivas vitrinas con los objetos que la componen, ha sido posible gracias a que el Museo de la Historia Urbana de Avilés prestó cincuenta documentos personales, bocetos, postales, caricaturas, fotos, dibujos y demás materiales realizados o guardados por Cástor González Álvarez durante su reclusión y que fueron donados por su hijo Cástor González Ovies al Museo de Avilés.

Como decía la antes citada periodista, la < aportación simbólica> del dibujante Cástor González, que también fue músico -violinista y llegó a tocar el armonio en una misa en el patio claustro de San Marcos-, además por ser el autor de <los únicos testimonios gráficos del campo de concentración>.

Unas fotografías con presos en el patio de la cárcel durante un acto religioso. Aparte del retrato que realizó en su cuaderno de apuntes de la sala capitular atestada de prisioneros – que se reproduce en el programa de mano de la exposición, al inicio de esta entrada.

Uno de los objetos que se mostraban en las acristaladas vitrinas de la exposición, una especie de librito o cuadernillo, que en su portada figuraba, en la esquina superior izquierda un dibujo de la cabeza de Franco, una bandera con los colores rojos y gualda y el emblema del aguilucho en medio de ella. Con los siguientes textos escritos, en la parte superior “Campo de concentración de San Marcos” y por debajo de la bandera, “recuerdo de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús” y al final en letras más pequeñas “León, junio de 1939. Año de la Victoria.”

No tengo que recordarles a mis posibles lectores, que la fotografía con la que se inicia el viaje y la lectura del presente blog, con todas las autoridades militares, civiles, y judiciales haciendo el saludo fascista, la encontré en una de las revistas del Colegio de Abogados de Barcelona, se trataba de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús, datada en febrero de 1942 precisamente en dicho Colegio de Abogados.

De lo que se deduce que dicha ceremonia religiosa fue ampliamente asumida y practicada en todo el territorio nacional durante la guerra de 1936-1939 y en años posteriores.

Se trataba en ese librito-prontuario de un claro caso de intento de “adoctrinamiento ideológico político-religioso”, con definiciones cortas y muy simples de conceptos sociopolíticos, como se demuestra en estas siguientes cinco muestras de las otras muchas contenidas en el mismo…

“El Ejército…Es un sacerdocio y le repugna la corrupción. Es el ejército la fuerza más arraigada en nuestra patria. Es su encarnación viva. En los momentos trascendentales y difíciles en el ejército confiamos todos.”

“Los campos de concentración…No son solo un redil más o menos cómodos donde estáis encerrados. Aspiramos a que algunos salgáis de ellos espiritual y patrióticamente cambiados, otros con, estos sentimientos revividos y todos, que nos hemos ocupado en enseñaros el bien y la verdad.”

“San Marcos…Fue antiguamente Hospedería donde hacían alto los peregrinos que iban camino de Santiago, Patrón de España. Hoy os recibe a los que escapasteis de la zona Roja para venir, peregrinando a la España Nacional y quedaros definitivamente en ella.”

“Existe Dios?… Sí, El que ha fabricado el mundo…Vas al aeródromo y encuentras un avión que ha descendido. Las piezas no se han fabricado y engranado por si solas. Sí…poque cuando más lo considero, más firmemente me persuado que no puede haber reloj sin relojero.”

“Familia… Por defender este-sic- 2º valor hemos ido los españoles a la guerra contra los Rojos. Ellos querían el matrimonio solo civil, el divorcio y aún “el amor libre”. Nuestros soldados lucharon por la institución “Familia cristiana”. Y nuestros soldados han vencido.”

Aviso. – A esta primera parte seguirán otras dos sucesivas, relacionadas con el campo de concentración de San Marcos, donde tuvo lugar en junio de 1970 la inauguración del IV Congreso Nacional de la Abogacía, acontecimiento clave del último quinquenio del franquismo -al que asistí personalmente-, que tanta importancia y trascendencia tuvo en el advenimiento y transición al actual régimen monárquico, democrático-parlamentario.

La tercera parte la constituirá, un breve resumen de lo acontecido en el XI Encuentro Internacional de investigadores sobre el franquismo, recientemente celebrado en León, cuya autoría de momento no quiero desvelar por respeto a la persona que se comprometió a ello, condicionándolo a si superaba las limitaciones y los efectos de un accidente casero.

En Madrid a 4 de diciembre del 2022

Juan José del Águila Torres, exabogado laboralista, ex magistrado de lo social, doctor en Derecho, investigador-aflorador